Por: Norberto Montero
Con la llegada de la pandemia del Coronavirus, la República Dominicana se vio obligada a cerrar casi en su totalidad todas las actividades comerciales por un espacio de dos meses, desde la tercera semana de marzo hasta el mismo período de mayo.
Los sectores empresariales presionaban al Gobierno encabezado por el entonces presidente Danilo Medina, para que le diera reapertura al comercio, aún cuando la pandemia estaba en pleno apogeo.
A los fines de evitar el colapso total de la economía, el Gobierno decidió dar apertura gradual a la actividad comercial a partir del 20 de mayo, para lo cual estableció cuatro fases de reapertura, las cuales se fueron implementando de acuerdo al comportamiento del virus. A estos cuatro momentos se les llamó “desescalada” hacia el retorno a la normalidad pos-covid-19.
La fase I comenzó a implementarse el miércoles 20 de mayo, donde las empresas privadas e instituciones públicas iniciaron sus operaciones con una parte del personal.
En esa fecha las empresas de hasta 10 empleados fueron autorizadas a incorporar hasta el 50% de su personal. Esa medida también era aplicable en las empresas de hasta 50 empleados, si el espacio laboral permitía el distanciamiento entre ellos. Mientras que las medianas y grandes fueron autorizadas a operar con el 25% del total.
Así mismo, las barberías, salones de belleza y consultorios médicos fueron autorizados a retomar sus actividades, pero los usuarios tenían que hacer una cita para ser atendidos.
Para garantizar que las personas pudieran trasladarse desde sus hogares hacia su lugar de trabajo, el Gobierno puso a funcionar el transporte público estatal, llámese Metro, OMSA y Teleférico, los cuales operaban desde las 6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, al 30% de su capacidad y bajo uso obligatorio de mascarillas para el personal y pasajeros, para garantizar el distanciamiento entre pasajeros, algo que se violentó desde el primer día.
También se dispuso horarios diferenciados para la apertura, con el fin de evitar aglomeraciones:
A las 7:00 de la mañana iniciaban sus operaciones los supermercados, farmacias, sector construcción, industria y manufacturas, minería, canteras, agropecuaria, puertos y aeropuertos. Los empleados del sector público iniciaban a las 8:00 de la mañana. Del mismo modo, a las 9:00 de la mañana abrían los comercios como ferreterías, concesionarios de vehículos, talleres, tiendas de muebles y electrodomésticos, así como los sectores financiero y servicios.
Sin embargo, esto no dio plena garantía del cumplimiento del distanciamiento físico, ya que a la hora de trasladarse desde la casa hacia el trabajo, y viceversa, los medios de transporte no eran suficientes para movilizar tanta gente a la misma hora.
Con la implementación de la fase II a partir del 3 de junio, las microempresas estaban autorizadas a trabajar con el 100% de su personal. Mientras que las pequeñas podían incorporar hasta el 75% de sus empleados. Las grandes y medianas operaban hasta con el 50% de sus colaboradores.
Así mismo, los negocios en centros comerciales, el transporte colectivo privado de pasajeros y las empresas de juegos de azar, exceptuando los casinos, comenzaron a operar en esta segunda fase. También se autorizaron las celebraciones religiosas los domingos.
En esta Fase II con la permanencia del toque de queda y del estado de emergencia nacional, se observó un aumento sostenido de los casos de contagio, lo que provocó que se pospusiera el comienzo de la tercera fase del plan.
En la Fase III las empresas que tenían 50 empleados o menos podían operar con el 100% de su personal. Mientras que las empresas que superaban los 50 trabajadores ya podían disponer de hasta el 75% de su plantilla. Y las actividades religiosas ya se podían realizar tres veces por semana.
La Fase IV, prevista para el 5 de julio, no se pudo desarrollar en su totalidad, debido al aumento de los casos, por el cúmulo de gente que había en las calles sin el distanciamiento social adecuado. En esta etapa se planteó que todas las empresas podían realizar sus labores con el 100% de su personal. En esta fase se reactivó el turismo, abriéndose hoteles y aeropuertos así como los comedores de los restaurantes. Los gimnasios también abrieron sus puertas bajo estrictas medidas de prevención, pero tuvieron que volverlas a cerrar dos semanas después.
Al momento de anunciar la reapertura, el Gobierno sostuvo que “En esta fase habremos retomado la normalidad económica”, cosa que aún no ha sido posible.
Para la reapertura de los comercios, el Gobierno dispuso que tenían que cumplir con una serie de medidas para poder operar, entre ellas, garantizar una distancia de al menos un metro y medio entre una persona y otra, el uso obligatorio de mascarilla, tanto para los clientes como para el personal laboral, así como un dispensador de gel a base de alcohol.
Reabrir una economía que se mantuvo por dos meses sin operar, y enfrentar una enfermedad contagiosa en pleno apogeo significó un gran reto para el Gobierno, pero además, necesitaba de un alto nivel de disciplina de los ciudadanos, algo que no se cumplió a cabalidad, pues desde el primer día las áreas que albergan los establecimientos comerciales, como los alrededores de la Duarte con París y otros lugares fueron abarrotados de personas que salieron con ansias a comprar, violentando algunas disposiciones.
Durante ese período de transición asume el control del Gobierno el nuevo presidente de la República, Luis Abinader, quien también mostró un marcado interés por resucitar la bonanza económica que exhibía la República Dominicana antes de la pandemia.
Dentro de las medidas del nuevo mandatario, se destacan la decisión de mantener hasta el mes de diciembre los programas FASE I, FASE II, Pa Tí y Quédate en Casa, que fueron implementados por el Gobierno anterior y se mantendrán hasta el primer cuatrimestre del año 2021, según informó el presidente Luis Abinader.
Para mantener estos programas y financiar los planes del Gobierno en el sector salud, para combatir la pandemia, el 17 de septiembre el Gobierno emitió bonos soberanos ascendentes a 3,800 millones de dólares en el mercado internacional, una cifra nunca colocada en la historia del país.
Así mismo, hizo la alianza público privada, que busca incentivar la inversión privada en el país con facilidades del Gobierno. Es bajo ese acuerdo que el Gobierno anuncia desarrollar el polo turístico de Pedernales y en otras zonas del país, para inyectar 100 mil empleos a la economía nacional provenientes de ese sector.
Una de las grandes preocupaciones del Gobierno ha sido relanzar el turismo en medio de la pandemia del Coronavirus COVID-19, por lo que junto a los actores del sector se diseñaron una serie de estrategias para garantizar turismo seguro a los dominicanos y extranjeros.
Debido a las limitaciones que significaba para muchos practicarse una prueba PCR para entrar al país como requisito establecido desde el principio de la reapertura, las nuevas autoridades determinaron hacer pruebas rápidas aleatorias a los turistas extranjeros al llegar a los aeropuertos. Así mismo, mediante a acuerdo con Seguros Banreservas, el Estado dominicano se comprometió a cubrir todos los gastos de salud, hospedaje y transporte de todo turista extranjero que se contagiase de la enfermedad.
Para incentivar el turismo interno, el Gobierno también dio facilidades a los vacacionistas nacionales, a través de préstamos mediante las instituciones financieras del estado.
Esto provocó que para el feriado del Día de la Virgen de Las Mercedes, se ocupasen casi el 100% de las habitaciones hoteleras habilitadas, según expresó el Ministro de Turismo, David Collado.
Otro compromiso que asumió el Gobierno para dinamizar la economía fue aportar el dinero faltante para completar la regalía pascual a aquellos empleados del sector privado que estuvieron suspendidos durante la pandemia y que por ley no les correspondía el pago de la regalía durante el tiempo que no trabajaron.
Para las festividades de Navidad y Año Nuevo, a pesar de los embates del COVID-19, se ha registrado un aumento en las ventas por encima de lo esperado, según explican los ejecutivos de tiendas, pese a que el Gobierno adoptó nuevas medidas restrictivas, entre ellas, un Toque de Queda desde las 7:00 de la noche hasta las 5:00 de la mañana del día siguiente, con libre tránsito hasta las 9:00. Para los días 24 y 31 de diciembre se dispuso el libre tránsito hasta la 1:00 de la madrugada del 25 de diciembre y primero de enero del 2021. Así mismo, se prohibió la venta de bebidas alcohólicas todos los días desde las 6:00 de la tarde, así como las reuniones de más de diez personas.