Copenhague, Dinamarca. El fraude tecnológico permanece bajo la vigilancia de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que desveló este miércoles, a dos días de la salida del Tour de Francia, su estrategia de detección basada en una “variedad de herramientas para luchar contra toda forma de trampa”.
“La UCI continúa tomándose muy en serio la posibilidad de un fraude tecnológico”, declaró el australiano Michael Rogers, el antiguo corredor convertido en responsable del sector “innovación” en la federación internacional.
“Nuestra variedad de herramientas para luchar contra toda forma de trampa en este campo nos permite efectuar controles rápidos y eficaces”, estimó Rogers.
Para controlar la presencia de eventuales sistemas de propulsión y de acumulación de energía ocultos en los cuadros y otros componentes de las bicicletas, tres herramientas serán utilizadas: tabletas magnéticas, una cabina móvil de rayos X y aparatos que utilizan tecnologías de retrodifusión y de transmisión.
En cada etapa, un comisario técnico de la UCI estará presente en los autobuses para controlar todas las bicicletas utilizadas en la salida.
Al término de las etapas, en los minutos siguientes a la llegada, diferentes controles se realizarán sobre las bicicletas utilizadas por el ganador de la etapa, los corredores con maillots distintivos, tres o cuatro corredores a sorteo, así como corredores que susciten sospechas, por ejemplo a causa de un inusualmente elevado número de cambios de bicicleta.
“Esos controles post etapas serán realizados bien con la ayuda de la tecnología móvil con rayos X o con tecnologías de retrodifusión y de transmisión”, indicó la federación internacional, precisando: “Si fuese necesario, la bicicleta en cuestión será desmontada”.
La tecnología móvil con rayos X, que garantiza la seguridad de los usuarios y de los ciclistas, permite obtener una imagen radiográfica de alta resolución de una bicicleta en sólo cinco minutos, recordó la UCI.
La tecnología de retrodifusión y de transmisión proporciona al instante imágenes de alta resolución del interior de las secciones examinadas, que pueden ser transmitidas a distancia directamente a los comisarios internacionales.
El año pasado, un total de 1.008 controles de bicicleta fueron realizados durante el Tour de Francia, sin que fuese detectado ningún caso de fraude tecnológico.