El comité del Congreso que investiga el ataque del año pasado al Capitolio de Estados Unidos anunció el miércoles que se tomará una pausa de las mediáticas audiencias que adelanta, tras recibir una gran cantidad de nuevo material en video sobre Donald Trump y su familia por parte de un documentalista.
El presidente del comité Bennie Thompson les dijo a los reporteros que la audiencia del jueves, sobre los supuestos intentos de Trump de corromper al Departamento de Justicia, será la última hasta que se reanuden a “finales de julio”.
“La línea de tiempo de las audiencias está determinada, y continúa así, por la investigación. El comité selecto continúa recibiendo nueva evidencia relevante que pensamos será muy importante para la investigación”, dijo un asistente del panel.
La nueva evidencia incluye documentos del Archivo Nacional y múltiples pistas nuevas que llegaron a una línea de información desde que comenzaron las audiencias televisadas en junio.
El material más valioso sería una compilación de horas de grabaciones en video del documentalista Alex Holder, a quien se le brindó amplio acceso a Trump y a su círculo de confianza, como hijos y al vicepresidente Mike Pence, desde septiembre de 2020 y antes y durante los hechos del 6 de enero.
Cuando los legisladores regresen del receso de dos semanas en la segunda semana de julio, se espera que dediquen las audiencias restantes al tema de la radicalización de extremistas que irrumpieron en el Capitolio, así como al de la cultura de la violencia política en la extrema derecha.
Como muestra de la tensión política alrededor de las audiencias, The New York Times informó de un aumento en las amenazas violentas contra el panel de nueve miembros.
Algunos que han sido hostigados son Adam Kinzinger, uno de los dos republicanos del comité, cuya esposa recibió una amenaza de muerte contra ella y su hija de cinco meses.
También Liz Cheney, vicepresidenta del panel, tuvo que suspender eventos públicos masivos en parte por las preocupaciones relacionadas con su seguridad.
Estos hechos se producen después de que funcionarios de Arizona y Georgia comparecieron el martes a la cuarta audiencia pública, donde describieron los esfuerzos de Trump por aferrarse al poder, y que implicaron intimidación a funcionarios locales y trabajadores electorales. Además, lo señalaron por difamarlos y publicar datos personales.