AFP.- Perú sigue sin canciller un día después de la temprana renuncia de Héctor Béjar, mientras el presidente Pedro Castillo busca este miércoles un sustituto para poder superar la primera crisis política de su novel y frágil gobierno.
“A partir de ahora vamos a evaluar varios cuadros, varias personalidades que están en la lista” para dirigir la diplomacia peruana, dijo Castillo a periodistas antes de participar en una reunión con el alcalde de Lima, Jorge Muñoz.
El mandatario izquierdista, que asumió el poder hace tres semanas, evitó precisar si tenía previsto nombrar al excanciller Manuel Rodríguez Cuadros como sucesor de Béjar.
Rodríguez había dicho a primera hora del miércoles que sería recibido por el presidente horas más tarde.
El diario La República aseguró, sin embargo, que Rodríguez había declinado ser el nuevo canciller, cuya primera tarea sería preparar la visita de Castillo a Estados Unidos, anunciada para septiembre.
Rodríguez Cuadros fue canciller en 2004 durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) y antes de que Castillo nombrara su gabinete su nombre había sido manejado para volver al puesto.
Castillo perdió el martes a Béjar apenas 19 días después de haber asumido, debido a unas polémicas declaraciones sobre el terrorismo que hizo en 2020 y que generaron la primera crisis política en su gobierno.
Béjar, un sociólogo de 85 años que fue guerrillero guevarista en la década de 1960, desató la crisis a raíz de la difusión por la prensa de un video de noviembre de 2020 en el que afirma que la Marina de Guerra del Perú fue la primera en efectuar actos terroristas en el país con apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Sus dichos son una tácita referencia a dos atentados perpetrados en 1977 en Perú contra buques cubanos y a un atentado contra un jefe naval de la dictadura del general nacionalista Juan Velasco (1968-1975).
Béjar encendió la chispa, sin embargo, al decir que detrás de las acciones terroristas que inició en 1980 el grupo maoísta Sendero Luminoso estaba la agencia CIA, una afirmación falsa y fácilmente refutable.
Atrapado por sus palabras y en medio de una polarización política que puede llevar a una caída del novel gabinete de Castillo en el Congreso, Béjar optó por dar un paso al costado.
La renuncia de Béjar fue bien recibida por la oposición, que controla el parlamento donde el partido de Castillo tiene solo 37 bancas de un total de 130.
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