No todo lo que vemos en pantalla estaba necesariamente escrito en el guion. Algunas veces hasta pilla por sorpresa a los mismos actores y actrices en el set de rodaje.
Entre las muchas anécdotas que nos han dejado las bambalinas de Hollywood, los besos improvisados han dado para algunos momentos icónicos, desde ‘Lost in translation’ hasta ‘Top Gun’.
¡Los recordamos!
Lost in translation
Cuánto misterio rodea a esa escena final. La película de Sofia Coppola llega al final con la despedida entre sus protagonistas, interpretados por Bill Murray y Scarlett Johansson, que lleva años con la incógnita de qué es lo que le susurra él al oído.
Pero lo cierto es que esta escena también tuvo otro detalle muy curioso: el beso fue totalmente improvisado por Murray, que al parecer se dejó llevar por la emoción de la escena. Como la directora ha contado en más de una ocasión, el guion dejaba muchos espacios para la improvisación, especialmente para el veterano actor, del que siempre se puede sacar oro cuando le dejas hacer lo que mejor sabe.
Top Gun
También en clásicos como este de Tony Scott ocurrieron cosas que no estaban escritas en el guion, y eso solo hace que engrandecer su leyenda. En concreto, el beso que comparten Tom Cruise y Kelly McGillis se ha acabado convirtiendo en uno de los momentos más icónicos de la película, y, curiosamente, fue completamente improvisado.
De hecho, fue bastante divertido: el diálogo de esta escena, en la que Charlie (McGillis) le está diciendo a Maverick (Cruise) que tienen que mantener su romance en secreto, tendría que haber sido más largo, pero el actor olvidó sus líneas y lo resolvió sacándose un beso de la manga. Scott podría haber gritado ‘¡Corten!’ y volver a intentarlo, pero el momento quedó tan perfecto que al final acabó incluyéndose en el montaje final.
Jurassic World
La amenaza de morir aplastado por un dinosaurio prehistórico es un gran afrodisíaco. En la película de Colin Trevorrow, que volvió a llevar el éxito de Steven Spielberg a la gran pantalla en forma de secuela tardía, vivimos muchas aventuras junto a los protagonistas, pero uno de los momentos más emocionantes fue improvisado.
Fue el beso entre Bryce Dallas-Howard y Chris Pratt, una pareja que (en la ficción) venía teniendo un pasado amoroso y una tensión sexual cada vez más insoportable, que acabó saldándose con un beso que no estaba en el guion. Según contó el equipo, Trevorrow animó a Pratt a sorprender a su compañera, y esa toma fue la que acabó apareciendo en la película.
Juego de tronos
La serie de HBO tenía que encajar sus múltiples historias al milímetro, pero eso no quiere decir que hubiese cierto margen para la improvisación. Lo vimos en una escena entre Yara Greyjoy (Gemma Whelan) y Ellaria Sand (Indira Varma), que, según ponía en el guion, tenían que flirtear sin llegar más lejos. Pero las actrices sintieron que debía haber un contacto físico más claro, más sexual, y se fundieron en un beso a pesar de no tener indicaciones para hacerlo.
“Sentíamos que era algo que teníamos que hacer”, explicó Whelan en una entrevista con Entertainment Weekly. Un detalle gracioso de todo este momento es que, en esos días, la actriz que interpreta a Yara Greyjoy tuvo un accidente y en esa escena en concreto, a la que seguía un momento de acción, la tuvo que reemplazar una doble, que tuvo que repetir ese beso improvisado.
Una habitación con vistas
veces los besos improvisados nacen de los actores, que se dejan llevar por la emoción, y otras veces es el mismo director quien ve la oportunidad de convertir una escena corriente en un momento romántico para la historia. Y así fue con esta película de James Ivory, en la que, mientras rodaban una escena, se decidió en el último minuto que Julian Sands besaría a su compañera de escena, Helena Bonham Carter.
La actriz recordaba el momento con nerviosismo, y es que no tenía apenas experiencia en el tema (tenía apenas 19 años) y había todo un campo de hierbajos que tenía que atravesar para llegar al encuentro del actor. Pero todas esas preocupaciones quedaron en nada viendo el resultado final: la imagen más icónica de la película y un momento de increíble romanticismo clásico.
Al final de la mañana
A veces las cosas funcionan mejor cuando no se planean. Eso es lo que pasó en esta película de Christopher McQuarrie, una aventura ‘sci-fi’ que atrapa a sus protagonistas en un bucle temporal en mitad de una batalla contra alienígenas, y que contaba con un beso entre ellos en el guion. Pero parece que Tom Cruise y Emily Blunt no lograban encontrarle el punto al momento. Los besos que intentaron no funcionaban y, finalmente, el director decidió eliminar la escena del guion.
Mejor no hacerla en absoluto antes que dejarla sabiendo que no encaja. Sin embargo, rodando la escena en que se despiden, Blunt tomó las riendas y besó a su compañero, sorprendiéndolo a él y el resto del equipo. No estaba pactado, pero quedó mucho más natural y emocionante que todos los que habían ensayado antes. Y es el beso que vemos en el montaje final.
Stranger Things
No hay discusión: es necesario que los niños y niñas actores tengan todas las seguridades en el set de rodaje, que se sientan seguros y no presionados a hacer algo para lo que no están preparados. Por eso un beso improvisado en la exitosa serie de Netflix levantó una gran polémica entre los fans. Los hermanos Duffer, creadores de la historia, le sugirieron a Sadie Sink, que interpreta a Max, que besase a Caleb McLaughlin, que interpreta en la ficción a su novio Lucas, durante el último episodio de la segunda temporada.
Lo hicieron sin más indicaciones, esperando que su nerviosismo adolescente hiciese el resto en el momento indicado. La actriz defendería el caso diciendo que no se sintió presionada a hacerlo.
Los juegos del hambre: Sinsajo – Parte 2
La saga creada sobre el papel por Suzanne Collins llegó a su fin en la gran pantalla con esta cuarta película, donde todos los fans estaban nerviosos por los destinos de Katniss y Peeta, protagonistas de la historia. Sin embargo, el momento sorpresa llegó por parte de los secundarios.
Desde luego, no sorprendió que dos polos opuestos como Effie Trinket (Elizabeth Banks) y Haymitch Abernathy (Woody Harrelson) acabasen teniendo un momento romántico, pero lo cierto es que nunca fue el plan del director o los guionistas. El beso fue una iniciativa improvisada de Harrelson, que vio el momento perfecto para cerrar la conexión entre los personajes. Y también, según admitió en Entertainment Weekly, porque tenía un ‘crush’ con su compañera de escena. Aunque eso ya nos suena más a broma.
La gran estafa americana
David O. Russell tuvo una buena época en las temporadas de premios norteamericanos gracias a películas como esta, que reunió a un elenco de escándalo (Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Christian Bale) para vestirse de forma súper estilosa y gritarse de forma histérica. Y en uno de esos momentos, apareció un beso que no estaba escrito en el guion y que acabó en el montaje final.
Es el que vemos entre Adams y Lawrence, cuando sus personajes están discutiendo acaloradamente frente al espejo de un lavabo. Las dos actrices hablaron del momento y decidieron ir a por el beso, sorprendiendo al director y el resto del equipo, que no estaban avisados. La escena, como ellas pensaron, se lleva a otro nivel por ese detalle y también la risa enloquecida de Lawrence después, que también fue improvisada.
Star Wars: Los últimos Jedi
No todos los besos improvisados tienen que nacer del torrente sexual entre dos personajes. En este octavo episodio de la saga cinematográfica de Star Wars, dirigido por Rian Johnson, dos personajes legendarios se dijeron adiós para siempre. Luke (Mark Hamill) y Leia (Carrie Fisher), que estuvieron desde los inicios de la historia, tuvieron una última escena “juntos” (ya sabéis el por qué de esas comillas…), en la que Hamill besó la frente de Fisher. No estaba en el guion, sino que fue un gesto sincero del actor.
The office
Hay besos para el romance, y besos para morirnos de risa. Y pocos actores nos hacen reír tanto como Steve Carell, y pocas series como ‘The Office’. En un episodio, su personaje, el jefe Michael Scott, descubre que uno de los trabajadores de su oficina es gay y decide intentar besarle delante de todos sus compañeros. En realidad, en el guion decía que tenía que abrazarle, pero Carell encontró nuevas fronteras para la comedia de la incomodidad con este extraño toqueteo de labios que seguro que dejó a su receptor, Oscar Martínez, completamente noqueado.
Fuente: Cubadebate