AFP.- La entrega de los premios Óscar de este domingo es única: transmitida en vivo desde una estación de tren, honra películas que pocos vieron en el cine y reúne a las mayores estrellas de Hollywood por primera vez tras más de un año de pandemia.
Aunque los nominados disfruten de una puesta al día muy necesaria, el glamour habitual de las estrellas que desfilan con joyas y vestidos de diseñador es más tenue este año.
La lista de invitados es muy limitada. Hasta los ejecutivos de los estudios tendrán que ver la gala por televisión y la mayor parte de la prensa de Hollywood está ausente, algo que algunos nominados tal vez prefieran.
Los artistas supuestamente tendrán permitido quitarse las máscaras cuando estén en cámara. “De todos modos habrá una incomodidad, como ‘¿cuán emocionados se supone que estemos? ¿Nos abrazamos?'”, se preguntó Malkin.
Los primeros en llegar se detuvieron brevemente para dejarse fotografiar y dar entrevistas rápidas y socialmente distanciadas, en lo que los organizadores llamaron una “alfombra roja diminuta”.
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