París, Francia. A pesar del derrumbe de las criptomonedas, algunos inversores y visionarios siguen empeñados en crear un vínculo entre el mundo del arte “físico”, las pinturas o las esculturas, y la “blockchain”, esa tecnología digital que promete inviolabilidad.
La propuesta de Artessere, una compañía creada por una ex ejecutiva de banca en Liechtenstein, es muy prosaica: se crea una reproducción fiel de un cuadro, se “trocea” en pequeños cuadrados digitales y se vende el NFT (Token no fungible, un activo digital encriptado) de cada trozo a 100 o 200 euros la pieza.
El objetivo es “democratizar el arte”, declaró a la AFP la fundadora de Artessere, Anaida Schneider, mediante videoconferencia.
“No todo el mundo tiene cien mil dólares, o un millón, para invertir. Así que pensé en la idea de crear una especie de fondo mutualizado en la ‘blockchain'” explicó.
La empresa inició su andadura el año pasado y por el momento propone pintores del arte no conformista soviético, como Oleg Tselkov y Shimon Okshteyn.
Schneider compró los cuadros de esos artistas y se da un plazo máximo de 10 años para revenderlos en el mercado.
La idea es que los cuadros ganarán valor con el tiempo, y por ello, cuando sean vendidos, cada propietario de NFT recogerá su plusvalía correspondiente.
Pero ¿qué sucede cuando la obra de arte pierde valor, o es destruida?
“Estamos asegurados”, indica Schneider. Y en cuanto a una devaluación, “espero que nunca suceda. Somos expertos en esto. Sabemos lo que estamos haciendo” enfatiza.
La exbanquera no da más detalles sobre su plan de negocios y desmiente que su objetivo sea puramente especulativo. Asegura que su proyecto está totalmente respaldado por la “Blockchain Act” que aprobó Liechtenstein en 2019.
Ese paraíso fiscal fue uno de los primeros territorios en el mundo en aprobar una ley específica para regular el mundo de la “cadena de bloques” y los NFT.
Los NFT –también especie de título de propiedad de un bien inmaterial– representaron en el mundo del arte unos 2.800 millones de dólares en 2021, según un balance de la empresa francesa NonFungible.
Un sondeo realizado en el primer trimestre del año por el sitio web Art+tech Report entre más de 300 coleccionistas reveló que un 21% ya ha empezado a comprar obras de arte “fraccionadas” mediante NFT.
El mercado del arte se ha visto sin embargo sacudido por escándalos en torno a falsificaciones de obras de arte registradas mediante NFT en la “blockchain”, y de robo de criptomonedas.
– Comprar un Da Vinci digital –
El problema es aún más delicado con las obras de titularidad pública, en museos o galerías.
El ministerio de Cultura italiano anunció recientemente que suspendía sus proyectos de creación de NFT ante la falta de claridad legal.
Esa declaración se produjo después de que trece museos italianos hubieran firmado contratos con Cinello, una empresa que ha patentado un sistema de reproducción digital de obras de arte clásico.
Cinello crea reproducciones digitales exactas de obras de maestros como Leonardo da Vinci, que venden luego en ediciones limitadas.
La empresa reproduce los cuadros con alta definición, a su tamaño natural, incluida una copia fiel de los marcos, mediante una tecnología denominada DAW.
Cinello asegura que ya ha podido digitalizar más de 200 obras, y que la reciente decisión del ministerio de Cultura no altera sus planes.
“Nosotros no vendemos NFT” enfatiza Losi.
Ingeniero informático, Losi se muestra escéptico con ese vínculo entre NFT y el mundo del arte físico.
“No digo que los NFT vayan a desaparecer, pero sí los NFT utilizados de manera incorrecta”, explica.
“Hasta la fecha, los museos italianos han ganado 296.000 euros de ingresos extra (equivalente a 35.000 entradas) gracias a Cinello”, explica un comunicado de prensa de la empresa.