VIDEO | El chofer y el limpiavidrios: una relación difícil que ambos tratan de sobrellevar

VIDEO | El chofer y el limpiavidrios: una relación difícil que ambos tratan de sobrellevar

El oficio del limpiavidrios en los semáforos ha sido muy criticado por líderes de opinión y la población en general, sobretodo por el comportamiento de los que se dedican a esta práctica, llegando a provocar agresiones y muertes en ciudades de la República Dominicana.

Sin embargo, sorprende la rapidez con que aumenta en cada intersección la cantidad de personas de distintas edades y nacionalidades mojando y secando parabrisas a cambio de unas monedas para satisfacer sus necesidades.

https://youtu.be/67NffxE9Duw

Tras varios escenarios de violencia en la capital, el exalcalde del Distrito Nacional, David Collado, prohibió a los limpia vidrios realizar esa función en la capital, y buscó otros oficios a los que estaban en capacidad de desempeñarlos, por lo que los capitaleños transitaron por un tiempo sin la preocupación de ser sorprendidos con agua sucia sobre sus vehículos después de salir del Car Wash.

Mientras tanto, se propagaban en Santo Domingo Este, donde ahora es muy frecuente ver tres y cuatro niños por debajo de los 14 años con una esponja y una botella de agua en las manos pasadas las 12:00 de la noche.

Ahora los del Distrito Nacional, también salieron a limpiar. Y usted se preguntará: ¿por qué? Salimos a las calles a buscar esa respuesta en los chóferes y los resultados son los siguientes:

Los choferes consultados por RC Noticias, tienen opiniones encontradas sobre el tema, pero hay un punto e el que coinciden, y es que todos los entrevistados manifestaron que les dejan caer sus monedas.

Algunos expresaron que el hecho de que ellos estén en las calles provocando situaciones desagradables es responsabilidad de las autoridades, porque se lo permiten. En tanto que otros consideran que deben ser más educados y prudentes, que pregunten antes de tirar el líquido.

Otros concluyeron en que el sol sale para todos y hay que dejarlos ganarse la vida como puedan, por lo que les pasan su menudo, aunque en principio no les agrade.