A raíz de la importancia que suponen las empresas familiares para el sector económico y social, se hace necesario el desarrollo de planes que se apoyen en la anticipación y la proactividad con miras a fortalecer la gestión reputacional, lo que permitirá conectar sus operaciones con el valor de la marca y fidelizar a sus diversos públicos.
Santo Domingo. – Se estima que en la República Dominicana más de 600,000 micro, pequeñas y medianas empresas son de carácter familiar. De ese total, según la Confederación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa (Codopyme), el 96% representa las entidades familiares, una realidad que acompaña la tendencia también observada en otros países y regiones. En el caso de Estados Unidos y América Latina, este sector supone el 70% y 90%, respectivamente, del total de corporaciones, y constituyen uno de los pilares del patrimonio económico de un país por ser uno de los grandes generadores de empleo.
Ante estas cifras, ha de considerarse oportuno el desarrollo de estrategias de comunicación que garanticen su longevidad en el sector, a través de la adaptación de operaciones empresariales a las actuales reglas de juego.
Claramente, en un país donde el aporte de las empresas familiares es crucial para el desarrollo de la economía, se hace necesaria la puesta en marcha de un plan de protección reputacional y estrategias de posicionamiento comunicacional a corto, mediano y largo plazo con todos los sectores y actores de interés para el negocio. Esto permitirá anticiparse para mitigar los problemas y para aprovechar las oportunidades. Además, ayudará con el objetivo de hacer frente a desafíos como el traspaso generacional y la desvinculación de conocimientos heredados respecto a las operaciones.
Destaca Iban Campo, director general de LLYC Santo Domingo.
Acorde a lo anterior, con la visión de aportar soluciones factibles a la gestión comunicacional de las empresas familiares, LLYC, en su informe titulado “Empresa familiar: De la credibilidad a la relevancia”, propone recomendaciones primordiales para tomar en cuenta en este tipo de organizaciones.
- Evadir el silencio. Las empresas familiares son visibles y están en la mente de la sociedad donde operan. Por ello, su conversación debe ir más allá de la oferta comercial y tener más presencia, mediante su propósito en la agenda del entorno donde está presente.
- Escuchar como estrategia de anticipación. Qué buscan los nuevos consumidores, qué valores defienden, qué reclaman de las organizaciones de su entorno. Estos insights permitirán, además de tener una narrativa adecuada, identificar a tiempo corrientes de opinión sobre aspectos relacionados con el negocio, las marcas y la filosofía corporativa.
- Estructurar un escudo reputacional, que actúe de cortafuegos en casos de posibles riesgos e issues.
- Construir relaciones de confianza con medios de comunicación y otros actores locales que funcionan como aliados en contextos de crisis.
- Generar orgullo de pertenencia entre los profesionales actuales, venciendo la resistencia al cambio y mejorando el clima y el compromiso de los equipos.
- Desarrollar estrategias de activación para el target, en especial para las generaciones más jóvenes, a través de iniciativas que puedan alinearse con sus objetivos.
- Conocer las principales tendencias que pueden suponer un riesgo o una oportunidad para la marca e identificar los canales de comunicación más eficaces.
Sobre esta petición de factores sociales y agentes propios de los nuevos tiempos, Campo, complementa: “La gestión de estrategias comunicacionales en el mercado de hoy es un factor imprescindible para la construcción de relaciones sólidas, que permitan garantizar la actividad empresarial a través de generaciones. La filosofía de las empresas familiares se caracteriza por construir una propuesta corporativa que posiciona como activos al consumidor y a actores relevantes del sector. Ante esto, una correcta visión anticipatoria debe considerar la siembra de relaciones sostenibles desde la credibilidad y transparencia hacia los públicos de interés, factor que incide de manera significativa en el conocimiento de las necesidades de los stakeholders y, así, corresponder prioritariamente a las demandas del medio”.
En definitiva, hoy día, la empresa que no reflexione sobre su contribución al mercado y destile los atributos que definan su diferenciación, autenticidad y legitimidad se quedará desbancada por los acontecimientos. De lo cual, la comunicación se presenta como estrategia clave en función de apalancar su posicionamiento en el sector.
Sobre LLYC
LLYC es una firma global de consultoría de comunicación, marketing digital y asuntos públicos que ayuda a sus clientes a la toma de decisiones estratégicas de forma proactiva, con la creatividad, innovación y experiencia necesarias, y a su ejecución, minimizando los riesgos, aprovechando las oportunidades y siempre considerando el impacto reputacional. En el actual contexto disruptivo e incierto, LLYC contribuye a que sus clientes alcancen sus metas de negocio a corto plazo y a fijar una ruta, con una visión a largo plazo, para defender su licencia social para operar y aumentar su prestigio.
LLYC (BME:LLYC) cotiza en el mercado alternativo bursátil español, BME Growth. En la actualidad, tiene 20 oficinas en Argentina, Brasil (São Paulo y Río de Janeiro), Colombia, Chile, Ecuador, España (Madrid y Barcelona), Estados Unidos (Miami, Nueva York y Washington, DC), México, Panamá, Perú, Portugal y República Dominicana. Además, ofrece sus servicios a través de compañías afiliadas en el resto de los mercados de América Latina.
Las dos publicaciones líderes del sector sitúan a LLYC entre las compañías de comunicación más importantes del mundo. Es la número 36 por ingresos a nivel mundial según el Global Agency Business Report 2022 de PRWeek y ocupa el puesto 42 del Ranking Global 2022 elaborado por PRovoke. LLYC ha sido elegida Mejor Consultora de Comunicación de Europa 2022 en los PRWeek Global Awards, y Consultora de Comunicación del Año en América Latina en los International Business Awards 2021.