Santo Domingo. Si un sacerdote revela información que alguna persona le confiese, pierde lo que en la iglesia católica se llama “el sigilo sacramental” que no es más que la obligación de no manifestar jamás lo sabido por confesión sacramental.
El secreto de confesión, obliga al confesor a no revelar nunca, por ninguna razón y sin excepción, al penitente ni los pecados manifestados en el sacramento de la confesión, ni ante el Ministerio Público, juez o tribunal.
Miguel Cruz, el hombre que mató el lunes al ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera en su oficina de varios disparó acudió ante un sacerdote para entregarse a la justicia, pero según se tiene entendido el hombre agresor no se confesó, pero que sí le dijo al sacerdote que había matado una persona.
En el hipotético caso que Cruz se confesará con el padre, este no puede revelar ninguna información que el bajo el “sacramento de confesión” dijera.
En ese orden, el sacerdote José Arismendi de León, con quien ayer se confesó el matador de Orlando Jorge Mera, llega a la Procuraduría General de la República la mañana de este martes.
Quien fuera el amigo íntimo del ministro de Medio Ambiente Orlando Jorge Mera, Fausto Miguel Cruz de la Mota (Curita) accedió ayer su despacho y le propinó varios disparos mortales. El individuo logró salir de la institución sin dejar rastro a las autoridades que de inmediato acudieron al lugar.
Luego se informó que fue capturado en la iglesia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote de la urbanización Real, a unos 9 minutos en vehículo del lugar en que cometió el asesinato.
