El chamán y líder de una secta que convivía con cadáveres y daba a sus seguidores sus fluidos corporales, incluidas orina y heces, para “tratar” enfermedades, ha causado controversia en Tailandia tras ser detenido.
Sin embargo, no fue arrestado por estas prácticas escatológicas, sino, según indicaron fuentes judiciales a Efe, por tener su vivienda en una zona forestal y vulnerar las normas de la pandemia de la COVID-19.
El chamán, identificado como Thawee Nanla, fue detenido el pasado domingo y puesto en libertad al día siguiente tras el pago de una fianza de 50.000 baht (unos 1.446 dólares o 1.369 euros) en Chaiyaphum, una provincia en el noreste.
La secta fue denunciada a la policía por Jeeraphan Petchkhao, otro chamán con numerosos seguidores en las redes conocido como “Mor Pla” y que se dedica a denunciar malas prácticas de videntes fraudulentos y monjes que no siguen los preceptos budistas.
La hija de una seguidora de Thawee acudió a Jeeraphan porque estaba preocupada por las extrañas ideas nuevas de su madre y de las condiciones poco higiénicas en la secta.
Según vídeos compartidos por Jeeraphan, la policía encontró a una docena de adeptos en la vivienda del chamán, que al parecer bebían los fluidos corporales de este de un agujero, y también once féretros con cadáveres.
Uno de los seguidores de la secta explicó que los muertos eran discípulos que habían donado previamente sus cuerpos antes de fallecer para que el chamán los ayudase a subir al cielo.
Con el torso desnudo y con pelo y barbas blancas como si fuera un ermitaño, Thawee, de unos 70 años, aparece en un vídeo gesticulando en un chamizo lleno de trastos rodeado de sus discípulos, que creen que es un dios y tiene un estatus superior a Buda.
La gran mayoría de los tailandeses son budistas, pero muchos también creen en otros dioses, principalmente de origen hindú, y en los espíritus.
Los vecinos de la secta han pedido a las autoridades que los desalojen del lugar.