La cárcel preventiva del Palacio de Justicia de esta ciudad será gestionada bajo los protocolos de atención y seguridad del Modelo de Gestión Penitenciaria, con el objetivo de introducir mejoras en la atención a los privados de libertad que aguardan por el conocimiento de medidas de coerción.
El procurador de corte Jonathan Baró Gutiérrez, coordinador del Gabinete de Asuntos Penitenciarios del Ministerio Público, explicó que el recinto pasará a operar como un centro de atención a privados de libertad provisionales bajo la responsabilidad de agentes formados y capacitados por la Escuela Nacional Penitenciaria (ENP).
Con esos fines, Baró Gutiérrez sostuvo una reunión de trabajo con Juan Carlos Bircann, procurador de corte de Santiago, y con el fiscal titular de la jurisdicción, Osvaldo Antonio Bonilla Hiraldo, así como con Hilda Patricia Lagombra, coordinadora nacional del MGP.
En la reunión estuvieron Francisca Gabriela García Gómez, presidenta de la Cámara Penal de la Corte de Apelación de Santiago, y Raybiris Justina García Ventura, directora de Litigación Inicial.
Técnicos de las áreas administrativa e ingeniería del Ministerio Público evalúan las posibles intervenciones para mejorar las condiciones de estadía, hacer inventario del mobiliario necesario, así como la redistribución de los espacios para adecuarlos a los parámetros del MGP.
La intervención del recinto seguirá los parámetros de distribución, atención y disciplina recomendados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los espacios que alojan a privados de libertad y que procuran preservar los derechos y la dignidad de las personas.
El recinto, que pasará a llamarse Caplip 3, estará a cargo de los agentes de vigilancia y tratamiento penitenciario (VTP), bajo los protocolos que se implementan en todo el subsistema y los otros dos centros similares localizados en San Luis y el Distrito Nacional.
Cuando una persona ingresa a un Caplip la recibe un personal del departamento jurídico del MGP que toma sus datos antes de pasarla a revisión y evaluación médica.
A partir de ese momento, si no hay ninguna novedad con la salud de la persona, se hace cargo la seguridad con la requisa y se le proporciona una charla de inducción en la que se le explican las reglas del centro, sus derechos, obligaciones, beneficios y deberes.
A los privados de libertad de nuevo ingreso a un centro de privación de libertad se les mantiene bajo observación con servicio de psicólogos, trabajadores sociales y médicos.
Durante su estadía en el Caplip, la persona privada de libertad tendrá disponible una cama individual, agua, sus comidas y podrá solicitar una flota para comunicarse con sus familiares o abogados en llamadas de 15 minutos.
Cada semana un equipo integrado por el director del centro, los subdirectores de seguridad, jurídico, administrativo y el médico del Caplip recorren los distintos alojamientos recogiendo las inquietudes de los internos, quejas o sugerencias acerca de las condiciones en las que se encuentran.