Con fusiles, machetes y piedras en mano, los dominicanos ganaron la batalla del 19 de marzo o batalla de Azua, que fue la primera gran batalla en defensa de la República Dominicana y se libró el 19 de marzo de 1844.
Una fuerza de 2500 soldados dominicanos que fueron reclutados para enfrentarse con el ejército haitiano, una parte del ejército del sur, estaba dirigido por el general Pedro Santana, derrotaron a 10 000 soldados del ejército de Haití encabezados por el General Souffrant.
Luego de declarada la independencia dominicana, el presidente haitiano Charles Hérard organizó su ejército con 30 000 hombres. Dicho ejército fue dividido en tres flancos para entrar en la nación recién proclamada.
El primero estaba al mando del general Pierrot con 10 000 hombres, que entrarían por el norte y tomarían Santiago y Puerto Plata. El segundo estaba dirigido por el propio Hérard y pretendía tomar Azua y San Juan de la Maguana, y el tercero, dirigido por Souffrand, debía entrar por Neiba. En la que atacaran el 19 de marzo.
El 19 de marzo en la mañana, el General Hérard organizaba su ejército con el fin de atacar a las tropas dominicanas, pero los dominicanos atacaron a los haitianos que avanzaban por El Camino de los Conucos.
El enemigo fue rechazado por el cañón de Francisco Soñé, cuyos impactos dejaron decenas de muertos y un enorme terreno despejado por la metralla en las que minutos antes habían sido compactas filas enemigas. Los comandantes dominicanos, aprovechando el terror causado por la metralla, ordenaban cerradas descargas de fusilería y cargas a machete, motivando que el pánico se apoderara del enemigo y emprendieran la retirada.
Al ser decapitado el comandante haitiano Vicent Jean Degales por los comandantes Matías de Vargas, José Leger y Feliciano Martínez, sus tropas (noveno y décimo regimiento) se desplegaron en desorden por falta de jefe. Poco después las tropas haitianas que avanzaban por El Camino del Barro (segundo y sexto regimiento), fueron sorprendidos por el contingente de azuanos, quienes apoyados por la fusilería de Nicolás Mañón, se lanzaron en un asalto de machete que sembró el terror y la muerte, obligándolas a retirarse.
El 19 de marzo las tropas dominicanas estaban posicionadas en puntos estratégicos en la ciudad de Azua. Estaban conformadas por 2500 soldados, entre los que había hateros y monteros, que formaban el ejército de Pedro Santana. Entre estos soldados se hallaban jóvenes azuanos que habían sido entrenados por Antonio Duvergé y Francisco Soñé.
Las tropas criollas estaban repartidas entre El Camino del Barro, donde se encontraba la fusilería azuana comandada por el capitán Vicente Noble; en La Loma de Resolí, 200 hombres al mando de Nicolás Mañón; en el centro de la villa había dos cañones, uno manejado por Francisco Soñé y otro por José del Carmen García. Camino a Los Conucos y Las Clavelinas se encontraba una fuerza de artillería comandada por Matías de Vargas, José Leger y Federico Martínez.