La directora del Museo Memorial la Resistencia, Luisa De Peña, calificó de absurda la idea de construir un museo al dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina en la casa de Caoba, San Cristóbal.
De Peña dijo que es triste que precisamente el representante frente al Congreso de la provincia de San Cristóbal entienda que lo que los sancristobalenses pueden mostrar al mundo como su legado histórico es Trujillo.
“Entonces eso es triste porque pues porque habla de una inversión de valores preocupante, es absurdo y nosotros decimos lo mismo que dijimos hace 11 años los museos no están para promover antivalores sino para promover valores», dijo la historiadora.
Al ser entrevistada en el programa El Día, que se transmite de lunes a viernes por Telesistema canal 11, Luisa De Peña propuso que habría sido mejor construir una casa de acogida para mujeres maltratadas, que le daría más valor, por ser este un motivo que ha movido fuertemente el país, y así lo dice la historia.
«Yo estaba pensando cuando oí la noticia, caramba por eso los Estados Unidos tiraron los restos de Bin Laden al mar guardando las diferencias porque siempre existirán grupos que añoran el horror y que quieren volver a esos tiempos, entonces me parece que en general el pueblo dominicano no está de acuerdo con una cosa así, y mucho menos hacer un museo en, la Casa de las Caobas que es una ruina y hay que reconstruirla, frente al Museo del Hombre y Museo de Historia que no tienen energía eléctrica, entonces hablar de hacer un museo nuevo en un espacio donde lo que recuerda es lo oprobio es absurdo», concluyó.
La Casa de Caoba fue construida a finales de la década del 30, cuando Trujillo tenía montado todo el andamiaje que le serviría en los subsecuentes años para el sostenimiento de su gobierno. Se encuentra ubicada en una estratégica colina que domina uno de los paisajes más hermosos de la ciudad benemérita y que justo coincide con una zona donde se produce una de la pluviometría más altas del país: entre dos mil y dos mil 500 milímetros cúbicos anuales.
Esta condición hace factible el crecimiento de árboles de caoba en los alrededores de la casa. Los testimonios de cercanos colaboradores del tirano aseguran que en ese lugar fue donde hizo su vida hogareña y desde donde cuidaba su famosa Hacienda Fundación.