Santo Domingo, D.N. – La directora ejecutiva de Profamilia, Magaly Caram, consideró hoy que es el momento ideal para que las y los legisladores asuman con responsabilidad la despenalización en el Código Penal del aborto en las tres causales.
“Mandar la despenalización a una ley especial como proponen algunos sectores, aparta el tema y obliga a que el proceso de discusión empiece desde cero, descartando dos décadas de trabajo y dejándolo sujeto a la voluntad de quien presida la Cámara Legislativa hasta para ponerla o no en agenda”, dijo Caram.
A pesar del apoyo a la despenalización del aborto por casuales que paulatinamente se ha registrado entre los y las legisladoras y en la población, señaló que “veinte años de demandas y de lucha no nos inspira confianza para aceptar que se lleve el tema a una ley especial, creemos que se trata más bien de otro retraso y de un palo “acechao” a la vida, la salud y los derechos de las mujeres.
Sobre las causales
Señaló que penalizar la interrupción de un embarazo en caso de riesgo para la vida de la mujer; de violación sexual o incesto o de malformación congénita fetal incompatible con la vida, es una forma de discriminación que atenta contra la vida, la salud y los derechos humanos de las mujeres que debe ser modificado en el mismo Código Penal.
Al hablar en nombre de la institución, Caram exhortó también a las autoridades de salud a informar apropiadamente para evitar la manipulación sobre las causales, al señalar que un defecto congénito incompatible con la vida no puede ser prevenido ni minimizado.
Enfatizó que opiniones médicas reconocen como cruel y una violación de derechos que se le impida a la mujer y su familia tomar una decisión consciente e informada que haga menos traumática la situación, cuando no es posible ofrecer un tratamiento.
Citó la publicación “Defectos congénitos y patologías incompatibles con la vida extrauterina”, del doctor uruguayo Pablo Putti, (2016), quien expresa que “Independientemente de las creencias religiosas y políticas, es incuestionable que el diagnóstico certero y la información oportuna son de fundamental importancia para el doloroso y complejo proceso psicológico que implica la comunicación de un defecto congénito grave”.
Expresó Caram que interrumpir un embarazo es una decisión difícil, pero una malformación congénita incompatible con la vida fuera del útero implica que nunca podrá recibir el fruto de ese embarazo.
“las mujeres que atraviesan por estas difíciles circunstancias necesitan el apoyo de las autoridades y de la sociedad para que puedan tomar la decisión que entiendan es mejor para ellas y sus familias sin poner en riesgo su vida, sin temor al señalamiento social o a ser apresadas cuando la decisión fuera terminar el embarazo” dijo.
Consideró que la existencia de leyes restrictivas, como la penalización total del aborto, empujan a las mujeres a la clandestinidad y en condiciones de inseguridad, como lo evidencia que el aborto sigue estando entre las primeras causas de mortalidad materna en el país, precedido por las hemorragias, sepsis y la hipertensión durante el embarazo.