Guido Gómez Mazara solicitó a la Procuraduría General de la República vía PEPCA y a la Cámara de Cuentas investigar tanto gestión al frente la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) como el patrimonio del ex vicealmirante Félix Alburquerque Comprés, designando mediante decreto 39-19 durante la administración del ex presidente Danilo Medina.
La acción tiene como base legal lo dispuesto en Ley No.10-04 y el artículo 146 en su numeral 3 de la Constitución en lo relativo al informe de declaración jurada de bienes al concluir el ejercicio de sus responsabilidades gubernamentales de ex funcionarios, expresa el comunicado de prensa.
El abogado y dirigente político, aseguró que está convencido de que los esfuerzos tendentes a transparentar el uso correcto de los fondos públicos es una tarea de todos los dominicanos comprometidos con una democracia efectiva.
La solicitud sometida por Gómez Mazara plantea uno de los elementos excluidos en el debate contra la corrupción en el país porque tiende a circunscribir los rasgos esenciales de la persecución al ámbito civil cuando existen evidentes manifestaciones de militares que en el desempeño de sus responsabilidades públicas reflejan niveles de astronómico crecimiento de su patrimonio, sin que ninguna autoridad competente ausculte con efectividad la asombrosa transformación económica.
Resaltó, lo dispuesto en el artículo 146 de la Constitución en su numeral 3, que establece que “es obligatorio, de acuerdo en lo dispuesto por la ley de declaración jurada de los funcionarios públicos, a quienes corresponde siempre probar el origen de sus bienes antes y después de haber finalizado sus funciones a requerimiento de la autoridad compentente.
Lamentó que la pasada gestión de la DNCD desbordara el sentido de la efectiva persecución contra las actividades de combate real al narcotráfico para transformarse en instrumento politiquero en medio de una campaña electoral en que una parte de la sociedad observó con alarma que, el interés de impedir la victoria del candidato del cambio, encontrara en el organismo resortes de un esfuerzo rastrero por calumniar y hacer de la competencia política un lodalaz, donde se pagaban plumíferos y reconocidos vocingleros actuaban por mandato de su principal ejecutivo.
Finalmente, solicitó tanto al PEPCA como la Cámara de Cuentas que determine el correcto uso de los fondos públicos, y si el resultado es contrario, proceder como establece la ley.