La alcaldía de Santiago, develó este jueves un mural de ciudad que honra la trayectoria y memoria del destacado automovilista santiaguero, Adriano Abreu Pérez, (El Oso), reconociendo sus grandes hazañas como piloto de carreras de alta velocidad en el país y el extranjero.
El alcalde Abel Martínez, al encabezar el emotivo acto, destacó la trayectoria de Adriano Abreu, con quien tuvo la oportunidad de compartir experiencias y dijo que ambos se tenían admiraciones mutuas, destacando que quería mucho a don Adriano y que fue un ejemplo en nuestra sociedad.
“Yo quiero resaltar hoy el noble corazón de un hombre que está en nuestros corazones y que desde hoy estará también los murales de ciudad, haciéndose eterno en esta ciudad corazón, porque Adriano ya vive en nuestros corazones y lo será eternamente”, dijo el alcalde Abel Martínez, al momento de también saludar a toda su familia presente.
En nombre de la familia, habló su hijo Adrianito Abreu Sued, después de recibir el pergamino de reconocimiento por la Disposición Ejecutiva 15-220, emitida por el alcalde Abel Martínez, hizo una breve reseña del legado de su padre, de quien dijo nunca se separó, desde su niñez hasta sus últimos días. “hoy no solo se reconoce al deportista, al automovilista, lo más importante de esto es el ser humano que fue mi padre, la persona y aquellos que lo conocieron saben que esto representa más que una carrera deportiva y agradezco este reconocimiento a mi amigo, el alcalde Abel Martínez”, dijo muy emocionado, Adrianito Abreu.
La obra de arte urbano, autoría de los artistas Katherine Santana y Manauris Calazan que ya es parte del Patrimonio Cultural de Santiago y que los familiares recibieron una réplica de la misma, está ubicada en la calle Emilio Ginebra, contigua al área donde la alcaldía de Santiago, también ha reconocido a otras grandes figuras del arte, el cine y el deporte.
Adriano Abreu, a lo largo de las décadas de los 80 y 90 fue un gran protagonista de la categoría GTS y desde sus inicios fue un piloto agresivo poniendo al público a vibrar con sus frenadas profundas y la agresividad en sus rebases, pero con la caballerosidad que caracteriza a un virtuoso del volante.
Sus triunfos fueron muchos, entre ellos en 1971 cuando corrió en la Base Aérea de San Isidro compitiendo en la categoría 0 a 1300cc obteniendo una impresionante victoria en su Datsun 1200 marcado con el número 46 y en Puerto Rico, hizo historia, igualmente en Trinidad y Tobago, y esa última maniobra en la última vuelta para ganar esa dura prueba en 1974 en Jamaica.
Su madre doña Altagracia Pérez de Abreu, su viuda Ana Collado, sus hijos, Carolina, Adriano y Joel, sus hermanos Bienvenido y Fausto Abreu y su nieta Eimy, entre otros familiares estuvieron presentes en el acto homenaje que el alcalde Abel Martínez y el pueblo de Santiago, rindió al gran piloto del automovilismo. También estuvo presente el concejal Mariano Paulino y el profesor Héctor De Padua, director Municipal de Deportes, entre otros. También hubo una exhibición de autos de carreras para recordar al inolvidable piloto.