El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) informó que ha apoyado y seguirá apoyando las políticas que contribuyan a hacer frente a la crisis sanitaria, así como todas aquellas medidas que se orienten a reducir el impacto de la crisis económica en los sectores pobres de la población provocados por el coronavirus Covid-19, afirmó su presidente Temístocles Montás.
En una comunicación a todos sus compañeros y al país, Montás advirtió que “hacer frente a la crisis sanitaria sigue siendo la principal prioridad en este momento. Sin resolver este problema no habrá manera de propiciar la recuperación económica”.
Consideró que es responsabilidad del gobierno limitar las fuertes pérdidas de ingresos de los hogares pobres e informales en todo el país, afectados por la pandemia que azota a todo el mundo.
“Aprovechamos este momento para llamar a todos los dominicanos a que asuman con la seriedad que amerita esta pandemia, las recomendaciones emanadas de las autoridades de salud a fin de preservar la salud. Evitemos lo más posible la pérdidas de vida humana”, sentenció Montás.
El dirigente político recordó que el mundo está sufriendo una crisis de magnitud sin paralelo en los tiempos modernos con resultado de la pandemia del Covid-19, que empezó como una crisis de salud pero que ya se ha convertido en una crisis económica global.
En cuanto a los efectos en la economía, Montás señaló que según las últimas proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) este año se producirá la caída más profunda de la economía mundial de los últimos cien años, con una contracción del PIB global de 5.3%, la producción per cápita disminuirá en el 95% de los países del mundo, lo que representa la mayor caída registrada desde 1870.
Consideró que los efectos de la pandemia de COVID en la economía dominicana son ya evidentes y se expresan en la caída de los ingresos por exportaciones, incluido el turismo, disminución de flujo de remesas, parálisis de empresas y negocios y caída drástica de los ingresos públicos.
Pronosticó que la desigualdad social también se incrementará y sus efectos se apreciarán en un deterioro de los estratos medios, los que muchos clasifican como clase media, previéndose que 33 millones de personas que pertenecían a esos estratos ingresen en los estratos bajos.
Significó que ya muchos estudiosos de la problemática mundial señalan que el impacto adverso de COVID-19 sobre la pobreza y la desigualdad podría conducir a una mayor inestabilidad social en toda parte, indicándose que es muy probable que las profundas recesiones provocadas por la pandemia dejen cicatrices duraderas a través de múltiples canales, incluida una menor inversión, la erosión del capital humano de los desempleados y una retirada de los vínculos mundiales de comercio y suministro.
Citó un reciente trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo que expresaba que “mientras dure la pandemia, América Latina y el Caribe (ALC) estará́ transitando un túnel lleno de incertidumbre. No se sabe sobre todo cuan largo es: cuanto tiempo hasta que emerjan terapias o una vacuna, o hasta que se aprenda sobre las mejores prácticas de control de la pandemia para convivir con un virus de letalidad no conocida”.