BY JORDI BOU
Según informes, EUA ha atacado desde septiembre a 20 embarcaciones cerca de Venezuela y en el Pacífico oriental, matando a por lo menos 75 personas, mientras intensifica su despliegue militar en el mar Caribe.
El presidente Donald Trump y su administración han enmarcado los ataques como parte de una represión contra el contrabando de drogas en los Estados Unidos. Pero el presidente venezolano Nicolás Maduro ha acusado a Washington de “fabricar una guerra” con el pretexto de combatir narcóticos, llamándola una campaña de cambio de régimen disfrazada.

Varios expertos y legisladores han criticado las huelgas como ilegales según el derecho internacional, una acusación que la administración niega.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Noël Barrot, también condenó las operaciones, advirtiendo que corren el riesgo de alimentar la inestabilidad en la región. Sus comentarios, que implicaban que las huelgas podrían violar el derecho internacional, marcaron una rara reprimenda pública de la administración Trump por parte de un aliado europeo.
Mientras tanto, EE. UU. El Secretario de Estado, Marco Rubio, rechazó los informes de que Gran Bretaña había suspendido el intercambio de inteligencia en embarcaciones de tráfico de drogas debido a preocupaciones sobre las acciones militares estadounidenses en el Caribe. Dijo que la cooperación entre los dos países sigue siendo “totalmente operativa”.
En una nueva muestra de fuerza, el USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande del mundo, entró en aguas bajo el mando de EE. UU. Comando del Sur de las Fuerzas Navales, que supervisa las operaciones en América Latina y el Caribe, a principios de esta semana.









