La Policía de Los Ángeles declaró como no autorizada una nueva protesta en curso en el centro de la ciudad, otorgando un plazo de solo 10 minutos a los manifestantes para desalojar el área. La advertencia generó tensión entre los presentes.
A pesar del ultimátum, una segunda multitud comenzó a avanzar en dirección a una autopista cercana, lo que podría desencadenar un enfrentamiento directo con las autoridades. Las manifestaciones, cuyo motivo aún no ha sido confirmado oficialmente, reflejan un creciente clima de descontento en sectores de la ciudadanía.









