La campaña para las elecciones presidenciales estadounidenses ingresa este domingo en sus cien días finales, profundamente trastocada por el intento de asesinato de Donald Trump y la abrupta salida del presidente Joe Biden de la carrera.
Tras semanas de luchas internas y dudas sobre la candidatura de Biden, la unidad de los demócratas detrás de la vicepresidenta Kamala Harris ha remodelado una carrera hasta ahora dominada por Trump.
“Somos los outsiders (…), eso es cierto, pero esta es una campaña impulsada por la gente”, dijo el sábado la nueva candidata demócrata durante un acto de recaudación de fondos en Pittsfield, Massachusetts (noreste).
Esa misma tarde, ante una multitud de simpatizantes reunidos en un estadio de hockey en Minnesota (norte), su rival republicano afirmó que “en noviembre, el pueblo estadounidense va a rechazar el extremismo loco y progresista de Kamala Harris de una manera abrumadora”.
Si bien las campañas electorales estadounidenses suelen durar casi dos años, esta de 2024 acaba de tener un nuevo inicio, lo que la convierte de hecho en la más corta de la historia moderna de Estados Unidos.
La exsenadora de 59 años y el expresidente de 78 se enfrentarán el 5 de noviembre en unas elecciones que estarán en gran medida en manos de 100.000 votantes de un puñado de estados clave, destacó el estratega republicano Matt Terrill.
Se trata de “votantes independientes e indecisos. La inflación, la inmigración, la economía y el crimen son los temas que les preocupan”, afirmó Terrill en BBC News.
“Creo que el expresidente Trump lo está haciendo bastante bien en esos temas. Esta elección será un referéndum” sobre el desempeño de quienes ocupan el poder, “que son Biden y Harris. Veremos cómo se desarrolla”, añadió.
El próximo momento destacado para el bando demócrata será la convención de mediados de agosto, que promete ser una gran fiesta de celebración de la nueva bandera del partido.
El último peso pesado de los demócratas en apoyar a Harris ha sido el exvicepresidente Al Gore, quien el domingo resaltó el compromiso de la presidenciable con el medioambiente.
Harris está despegando al influjo de una muy exitosa campaña de recaudación de fondos y la renovada movilización de la base demócrata.
Es una situación que contrasta fuertemente con la de apenas un mes atrás.
Un enfrentamiento sin precedentes
Acosado por las preocupaciones del electorado sobre su edad y sus capacidades físicas y mentales, Biden, de 81 años, corría con fuerte desventaja en relación a Trump.
Su pobre desempeño en el debate del 27 de junio acabó de convencer a los dirigentes demócratas que hasta entonces lo respaldaron de que era necesario cambiar de candidato.
En el campo republicano, la dinámica era la contraria.
La convención partidaria, a mediados de este mes, fue una gran demostración de fuerza y de unidad en torno a Trump, que poco antes había escapado milagrosamente a un intento de asesinato durante una mitin en Pensilvania.
La irrupción de Harris cambió de cierta manera el panorama. El vacío dejado por el abandono de Biden fue rápidamente llenado por la primera vicepresidenta negra y de origen sudasiático de Estados Unidos.
El 23 de julio, apenas dos días después de haber sido propuesta para representar al oficialismo en la contienda electoral, Harris protagonizó el mayor acto público de la campaña demócrata.
En los últimos días, logró además recaudar 200 millones de dólares, en su mayoría de nuevos donantes, según comunicó su equipo de campaña este domingo.
El cambio de tendencia también se reflejó en los sondeos.
Una encuesta del Wall Street Journal mostró que Harris había reducido la brecha de seis puntos de Biden respecto a Trump a sólo dos (dentro del margen de error del estudio), gracias principalmente al crecimiento que marcó entre los votantes negros, latinos y jóvenes.
A pesar de esta evolución, los demócratas deben recorrer aún un largo camino para mejorar sus perspectivas de triunfo.
“En poco tiempo, la ‘luna de miel’ de Harris terminará y los votantes se centrarán una vez más en su papel como socia y copiloto de Biden”, escribió en un memorando Tony Fabrizio, experto en encuestas de Trump.
El politólogo republicano David Lee, que realizó la encuesta del Wall Street Journal, advirtió a su vez que Trump “está en una posición mucho mejor ahora que en el mismo momento de la elección de 2020”, en la que fue superado por Biden.
Recordó además que, en función del sistema electoral estadounidense, la importancia del volumen de votos es relativa. En 2016, Trump venció a la demócrata Hillary Clinton a pesar de obtener casi tres millones de sufragios menos.
El estratega oficialista James Carville dijo por su lado a MSNBC que los demócratas deberían dejar de celebrar y prepararse para la tormenta que se avecina.
Una advertencia similar provino del expresidente Barack Obama, para quien los demócratas siguen siendo “outsiders” que deben reconquistar la confianza del electorado.