El presidente estadounidense, Joe Biden, hizo campaña este martes en Nevada y Arizona, dos estados decisivos para movilizar el voto latino de cara a las elecciones de noviembre que disputará contra Donald Trump.
El mandatario quiere frenar la erosión de su popularidad entre este electorado, que suele votar por los demócratas, porque sabe que en las últimas elecciones una parte prefirió a su rival republicano.
Gracias a los abundantes fondos de campaña, el equipo del demócrata recluta y moviliza al máximo en estos dos “estados bisagra”, como se llama a los que se inclinan hacia un lado o el otro durante las presidenciales en función de los candidatos y en los que la victoria puede depender de tan solo unas decenas de miles de votos.
“En gran medida gracias a ustedes vencí a Donald Trump (en 2020). Realmente los necesito”, dijo el presidente, de 81 años, el martes en la noche desde un restaurante mexicano en Phoenix, Arizona, donde lanzó una amplia campaña dirigida al electorado hispano.
“A él (Trump) solo le interesan los ricos”, indicó Biden, quien se presenta como el candidato de las clases media y trabajadora.
Más temprano en Las Vegas (Nevada), el mandatario intentó contrarrestar las afirmaciones de Trump, que insiste en que los estadounidenses vivían mejor bajo su mandato.
“En todo el país, la gente me dice que en 2020 no la estaban pasando bien. Perdieron su actividad económica, su confianza en el sistema. Pero las leyes que implementamos, el trabajo que hicimos los puso de nuevo en pie”, aseguró el presidente en un discurso centrado en su programa de vivienda.
Múltiples encuestas muestran que Biden no está cosechando réditos políticos del sólido crecimiento estadounidense, ni de los planes de recuperación que ha lanzado.
Los hogares siguen afectados por un reciente aumento de la inflación y enfrentan problemas para encontrar vivienda.
“Queda mucho por hacer. Para muchas personas el sueño de tener una casa todavía parece fuera de su alcance. Lo entiendo”, admitió Biden.
Inmigración
También tendrá que anotarse unos tantos en inmigración, un tema importante en Arizona, un estado fronterizo con México.
“Este tipo desprecia a los hispanos. Yo entiendo los valores hispanos”, había dicho Biden sobre Trump en una entrevista con Univisión, una de las grandes cadenas de televisión en español en Estados Unidos.
“Los votantes hispanos fueron esenciales para mi elección en 2020, y lo son nuevamente, estamos trabajando duro para ganarnos sus votos”, agregó.
Su estrategia es compleja. Biden debe contrarrestar los incesantes reproches de Trump, que le acusa de falta de eficacia frente a la afluencia de migrantes en la frontera sur.
Pero debe hacerlo sin herir la sensibilidad del electorado progresista y de un buen número de votantes hispanos, a quienes prometió abordar el tema con “humanidad”.
En 2020, obtuvo unos 33.500 votos más que Trump, de un total de 1,3 millones de sufragios emitidos, gracias a su victoria en las grandes ciudades donde se concentra la población de este estado mayoritariamente desértico: Reno y Las Vegas.
Pero su rival republicano mejoró ligeramente su resultado en Nevada respecto a 2016.
El demócrata, lastrado en las encuestas por su edad (81 años) y el elevado costo de la vida, tiene dificultades para rentabilizar políticamente el sólido crecimiento de la economía estadounidense.
“Latinos con Biden”
Arizona fue escenario en 2020 de una de las batallas más feroces de las últimas elecciones presidenciales.
El demócrata ganó este árido estado del suroeste, el del Gran Cañón, por poco menos de 10.500 votos, de un total de más de 3 millones de sufragios.
En 2016, en cambio, Trump se impuso en Arizona.
El electorado hispano, que según algunas estimaciones representará alrededor de una cuarta parte de los votos en Arizona en noviembre, quizás tenga una de las claves de las presidenciales.
Trump nunca ha reconocido su derrota en 2020, y el liderazgo del Partido Republicano en Arizona ha abrazado las teorías de conspiración del magnate desde la estrecha victoria de Biden.
Tanto es así que preocupa que los comicios de noviembre provoquen tensiones o incluso violencia.