Un nuevo incendio forestal en España, país aquejado por una pronunciada sequía, avanzaba el viernes sin control en la región de Extremadura (oeste), donde había quemado más de 3.000 hectáreas y obligado a evacuar a 700 personas, informaron las autoridades.
El incendio, que se inició la noche del miércoles cerca del municipio de Pinofranqueado, llevó a las autoridades a evacuar a 700 personas de varias localidades aledañas, indicó el Ministerio del Interior el viernes al mediodía en Twitter.
Las llamas, que se propagan rápidamente por los fuertes vientos en la zona, habían quemado 3.000 hectáreas, y la situación ha ido a peor porque “no ha parado en ningún momento el viento”, señaló a periodistas el presidente regional de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
“No es un problema ahora mismo de recursos materiales y humanos, es un problema de vientos, que está dificultando enormemente la posibilidad de que se pueda controlar” el incendio, dijo Fernández Vara desde el puesto de avanzada de las autoridades que buscan apagar las llamas.
Por la gravedad del incendio, a las labores de extinción se unieron unos 165 soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME), especializada en atención de desastres.
En total, la tarde del viernes luchaban contra las llamas unas 400 personas, apoyadas por 14 medios aéreos que descargaban agua sobre las llamas, que afectan las comarcas de Las Hurdes y Sierra de Gata, informó en Twitter la Consejería de Agricultura del gobierno de Extremadura.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, que la noche del jueves había tuiteado que seguía “muy de cerca la evolución del incendio”, canceló este viernes su participación en un mitin en Extremadura, en plena campaña para las regionales del 28 de mayo.
Según el gobierno extremeño, el incendio habría sido intencionado.
Fernández Vara lamentó que haya “malnacidos que son capaces de prender” fuegos que causan “daños irreversibles que cuestan luego decenas y decenas de años recuperar, si es que alguna vez se llegan a recuperar”.
Cuando todavía no ha llegado el verano, época propicia para los incendios forestales, España ya ha sufrido varios, luego de que en 2022 fuera el país más afectado de Europa, con casi 500 fuegos que devoraron más de 300.000 hectáreas, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).
País europeo en primera línea frente al cambio climático, España experimenta desde hace varios años una multiplicación de las olas de calor, con precipitaciones cada vez más escasas e irregulares.
El primer cuatrimestre de este año ha sido el “más seco” desde que comenzaron los registros en 1961, según la Agencia Estatal de Meteorología.
A la pronunciada falta de precipitaciones se añadió a finales de abril una muy temprana ola de temperaturas extremas, que dejó el récord absoluto para un mes de abril en España peninsular de 38,8 ºC, un nivel más propio de meses estivales como julio o agosto.
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