Un grupo de activistas congoleños y extranjeros urgieron el lunes al papa Francisco a que sancione a un cura acusado de abusos sexuales contra una menor en República Democrática del Congo (RDC), adonde el pontífice viajará este martes.
Una joven, Marie, afirmó haber sido violada en marzo de 2020 por un cura de la diócesis de Tshumbe, en el centro del país, cuando tenía 14 años.
Cuando denunció el caso a las autoridades eclesiásticas, no tuvo éxito. Desde entonces, “vivo en la inseguridad, todo el mundo a mi alrededor está amenazado”, dijo la joven a la prensa en una videoconferencia.
“Este caso es grave”, subrayó Tim Law, fundador de la organización Ending Clergy Abuse [Acabar con los abusos del clero], durante una rueda de prensa en Kinshasa.
“Despidan al sacerdote abusador para hacer justicia a las familias afligidas (…) Es su deber proteger a los niños” contra “las mentiras” de los sacerdotes, insistió, junto a miembros de la oenegé Come, una asociación congoleña que lucha contra los abusos sexuales en RDC.
“Papa Francisco, los jóvenes cuentan con usted, porque al vivir en situaciones de pobreza, están a merced de los depredadores”, continuó Law. Las “víctimas” de abusos sexuales por parte del clero “deben ser respetadas y no castigadas”, denunció.
Interrogada por la AFP, una fuente eclesiástica explicó bajo condición de anonimato que la “Santa Sede había enviado investigadores, el abad (acusado) fue suspendido y el caso llevado ante la justicia congoleña”.
Las autoridades eclesiásticas concluyeron que “los hechos no estaban fundados” y la justicia congoleña declaró que el cura era inocente, por lo que fue “rehabilitado”.
Ante los miles de casos de violencia sexual y pedofilia denunciados en todo el mundo contra sacerdotes y después de las acusaciones de encubrimiento por parte del clero, el papa Francisco prometió tolerancia cero.
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