Reino Unido. La prensa británica se asombró el lunes de las “extrañas” declaraciones del príncipe Enrique en una entrevista televisiva en que negó haber acusado a la familia real de racismo, considerándolo “una rama de olivo” tendida ante la publicación de sus explosivas memorias.
“Yo no he dicho que la familia real sea racista”, titulaba el sensacionalista Daily Mirror, con una imagen del duque de Sussex, de 38 años, durante su entrevista a la televisión británica difundida el domingo por la noche.
Durante esta entrevista con el canal ITV para promocionar su libro de memorias, Enrique negó haber acusado a la familia real británica de racismo cuando en marzo de 2021 declaró a la televisión estadounidense que uno de sus miembros mostró preocupación por el color de piel que tendrían sus hijos con la exactriz mestiza Meghan Markle.
Para el también sensacionalista The Sun, son unas declaraciones “extrañas”, que marcan “un giro respecto a anteriores declaraciones incendiarias”.
Por su parte, los diarios conservadores The Daily Telegraph y The Times lo consideraron “una rama de olivo” tendida a su familia para propiciar la paz.
Sin embargo, según la prensa, el daño ya está hecho con la publicación de su libro de memorias “Spare” (“En la sombra”), que sale a la venta el martes pero del que ya se han publicado numerosos extractos.
En ese libro, ningún miembro de la familia real británica parece librarse de las críticas.
Según el Daily Express, esta autobiografía representa “un desastre personal cuyas consecuencias perjudicarán a Enrique el resto de su vida”.
“El libro lo ha expuesto al mundo como un niño celoso, cuya incontinencia verbal sólo es igualada por su paranoia”, afirma el periódico.
Para The Sun, el libro del príncipe, hijo menor del rey Carlos III, y sus diversas entrevistas son “una mezcla de sesión de terapia pública y búsqueda personal de un hombre cuya última línea de defensa es el ataque”.
El izquierdista The Guardian tuvo por su parte un pensamiento para la abuela de Enrique, Isabel II, fallecida el 8 de septiembre a los 96 años. “Si hubiera vivido para verlo, esto no habría matado a la reina. Pero podría haberla hecho republicana”, bromeó.
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