Las negociaciones climáticas en la COP27 entran en una fase crítica

Las negociaciones climáticas en la COP27 entran en una fase crítica

Sharm el Sheij, Egipto |Las negociaciones en la conferencia del clima de Egipto (COP27) entraron en una fase crítica este sábado, después de que la Unión Europea denunciara lo que considera un “retroceso inaceptable” respecto a compromisos previos.

La UE prefiere “no tener un resultado que un mal resultado” anunció el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, tras una noche de negociaciones.

La COP27 debería haber terminado oficialmente el viernes.

El bloque europeo se muestra opuesto a una propuesta de la presidencia egipcia que a su juicio hace retroceder el compromiso de los casi 200 países miembros de la COP de seguir reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero, lo que se conoce como el capítulo de mitigación en las negociaciones.

“Una vasta mayoría de las partes me indicaron que consideraban el texto equilibrado” y que “puede desembocar en un consenso”, replicó poco después el canciller egipcio, Ameh Shukri, que preside la COP27.

La mitigación es imprescindible para mantener “vivo” el objetivo de limitar el calentamiento del planeta en +1,5 ºC.  

“No estamos aquí para sacar declaraciones, sino para mantener el objetivo de 1,5 ºC vivo”, exigió la ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annaelena Baerbock.

Pérdidas y daños
La 27ª conferencia del clima de la ONU se abrió el 6 de noviembre con un tema dominante en la agenda: la posibilidad de crear un fondo de pérdidas y daños causados por el cambio climático.

Las negociaciones se aceleraron después de que Timmermans propusiera, en una sesión plenaria el jueves, abordar la creación de un “Fondo de Respuesta” a los desastres climáticos, dedicado a los países más vulnerables, a cambio básicamente de dos condiciones.

Primero, “ampliar la base de donantes”, es decir, integrar a aquellos países que se han convertido en grandes emisores, como China.

Y en segundo lugar, un compromiso fuerte y explícito en torno a la mitigación, para mantener ese objetivo de +1,5 ºC.

Esos vínculos entre un fondo de reparaciones, quién contribuye a ello, y la mitigación de emisiones, han acabado paralizando las negociaciones, según diversas fuentes consultadas por la AFP.

El texto negociador que genera una “vasta mayoría” no aparecía aún publicado a media mañana el sábado, comprobó la AFP. Un borrador previo recogía hasta tres opciones sobre ese fondo.

Una fuente negociadora latinoamericana advirtió bajo condición de anonimato que todo el capítulo sobre mitigación “explotó”, con demandas muy contradictorias.

Cuestiones entrelazadas
“Como se pueden ustedes imaginar, ninguno de los grupos podría decir que todos sus intereses están recogidos”, explicó Shukry.

“Hay insatisfacción en todas las partes, pero hay una vasta mayoría que apoya el texto”, insistió el canciller egipcio.

Shukry había recordado la víspera que todas las cuestiones están “entrelazadas”. 

En la conferencias del clima de la ONU todas las decisiones deben ser consensuadas.

“Estamos listos para quedarnos el tiempo que haga falta” en Sharm el Sheij, aseguró Timmermans.

Estados Unidos guarda silencio ante los debates, aunque está activo en las salas de negociación, según las fuentes consultadas.

El enviado especial para el clima estadounidense, John Kerry, dio positivo al covid-19, lo que podría dificultar su participación.

Compensar a los países que menos gases de efecto invernadero han emitido históricamente pero que sufren las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos es una vieja aspiración de los países del Sur.

“Las contribuciones deberían incluir a todos los grandes emisores, como China, Arabia Saudita o Catar”, había declarado el ministro canadiense de Medio Ambiente, Steven Guilbeault. 

Los 100.000 millones anuales
El delegado chino en la sesión plenaria, Zhao Yingmin, se limitó a pedir que “no se reescriba” el Acuerdo de París.

Ese acuerdo histórico de 2015 sentó las bases del compromiso actual contra el cambio climático, pero recordó que la responsabilidad es común aunque diferenciada, es decir, que los países desarrollados deben contribuir mucho más en función de su historial de emisiones y uso de recursos naturales.

Entre los países en vías de desarrollo existe una considerable desconfianza por las promesas incumplidas.

En 2009, los países desarrollados prometieron que a partir de 2020 se desembolsarían 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático y a disminuir sus emisiones, y al mismo tiempo emprender la transición energética. Y ese monto de 100.000 millones de dólares, que no ha sido completado, debe ser aumentado en principio a partir de 2025.