La policía británica fue duramente criticada este miércoles por detener a varios periodistas, retenidos durante horas, cuando cubrían protestas de activistas contra el cambio climático.
“Ayer fui detenido por la policía de Hertfordshire mientras cubría una manifestación en la autopista M25. Enseñé mi carné de prensa y me esposaron casi inmediatamente”, explicó en Twitter el miércoles Charlotte Lynch, periodista de la radio privada LBC.
“Me arrancaron el teléfono de las manos. Me registraron dos veces y me mantuvieron en una celda durante cinco horas, sin ser interrogada”, relató, calificando su experiencia de “aterradora” para la libertad de prensa en su país.
Lynch cubría el martes una movilización del grupo ecologista Just Stop Oil, que bloqueaba la autopista que rodea Londres para reclamar el fin de los proyectos de gas y petróleo.
La policía reaccionó asegurando que no hace “comentarios sobre las circunstancias que rodean las detenciones”. Pero afirmó que “dichas circunstancias justificaron que mantuviésemos en detención (a los arrestados) para interrogarlos”.
El lunes, un fotógrafo y un cámara había denunciado haber permanecido detenidos durante 13 horas por haber cubierto otra movilización de Just Stop Oil.
Uno de ellos, el fotógrafo Tom Bowles, dijo a la agencia de noticias británica PA que la policía había ido a registrar su domicilio en plena noche, despertando a su mujer y su hija, mientras él estaba detenido.
El sindicato nacional de periodistas NUJ calificó estas detenciones de “atentado a los derechos de los periodistas” denunciando que “todo esfuerzo para socavar el trabajo de los periodistas amenaza la libertad de prensa”.
“Los periodistas no deberían ser detenidos porque hacen su trabajo”, reaccionó la ministra de Educación, la conservadora Gillian Keegan. El diputado conservador Matt Warman pidió por su parte “más explicaciones y disculpas rápidas” tras la detención “extremadamente difícil de entender” de Lynch.
La ultraconservadora ministra del Interior, Suella Braverman, prometió recientemente a la policía más poderes para combatir las tácticas de “guerrilla” de organizaciones como Just Stop Oil que según ella siembran “el caos” en el Reino Unido.