París, Francia. Efecto paradójico y positivo para el clima de la invasión de Rusia a Ucrania, las emisiones globales de gases de efecto invernadero deberían alcanzar su “punto álgido” en 2025, pronosticó el jueves la Agencia Internacional de Energía (AIE).
A ocho días del inicio de la COP27, la Conferencia Mundial sobre el Clima en Sharm el Sheij, Egipto, la Agencia señaló en su informe anual 2022 una potencial aceleración de la transición energética debido a un aumento de las inversiones en energías sostenibles por el conflicto en Ucrania, que ha puesto patas arriba el mercado mundial de la energía.
Asimismo, mostró su preocupación por las “fracturas” entre países ricos y pobres en materia de inversión en las energías bajas en carbono y pidió un “esfuerzo internacional mayor” para “reducir” esa “preocupante brecha”.
“La crisis mundial de la energía desencadenada por la invasión rusa de Ucrania provoca cambios profundos y a largo plazo que tienen el potencial de acelerar la transición hacia un sistema energético más sostenible y seguro”, subraya la AIE en el documento de presentación de su informe.
Por primera vez, los tres escenarios estudiados cada año por la agencia con sede en París y filial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) identifican un pico o meseta en el consumo de cada uno de los combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo) que provocan el calentamiento del planeta.
En el escenario central, que se basa en los compromisos ya anunciados por los gobiernos en materia de inversiones climáticas (“Inflation Reduction Act” en Estados Unidos, “Fit for 55” y “RePowerEu” en Europa, “Transformación verde” en Japón…), las emisiones mundiales de CO2 alcanzarían los 37.000 millones de toneladas en 2025 y después caerían a 32.000 millones en 2050.
Pero a pesar de esos esfuerzos, las temperaturas medias aumentarían en torno a 2,5 grados para 2100, lo que está “lejos de ser suficiente para evitar consecuencias climáticas severas”.
La agencia subraya una vez más la necesidad de inversiones masivas en energías limpias o bajas en carbono, como la nuclear, y la aceleración en determinados sectores, como el de las baterías eléctricas (para automóviles) o la energía fotovoltaica.
En su escenario central, estas inversiones deben superar los 2 billones de dólares en 2030, y tendrían que ascender a 4 billones de dólares para cumplir las condiciones del escenario de cero emisiones netas en 2050.
im/jbo/pta/aoc/mas
© Agence France-Presse