Londres, Reino Unido |Felipe VI de España, Juan Carlos I y sus esposas compartieron bancos en la Abadía de Westminster durante los funerales de Isabel II, una imagen que no se veía desde hacía más de dos años, cuando el monarca emérito se exilió a Abu Dabi en medio de investigaciones sobre su fortuna.
En el sector de la abadía reservado a familias reales durante el funeral de Estado, cerca del féretro de la monarca, estaban, por este orden, de derecha a izquierda, Felipe VI, la reina Letizia, y los eméritos Juan Carlos y Sofía.
Felipe VI vestía su uniforme militar de gala, Juan Carlos llevaba traje negro, camisa blanca y una corbata también negra, mientras que sus esposas iban completamente de negro, con sombrero y, en el caso de Sofía, velo.
La imagen de los cuatro juntos no se veía desde enero de 2020, en los funerales de una hermana de Juan Carlos y tía del rey.
Unos meses más tarde, el ex jefe de Estado se exilió voluntariamente en Emiratos Árabes Unidos a mediados de 2020, acechado por sospechas de corrupción por el opaco origen de su fortuna, dando lugar a un distanciamiento público muy manifiesto con su hijo.
Las dos parejas llegaron por separado a la Abadía de Westminster, como ocurrió la víspera en la recepción ofrecida por el nuevo rey británico Carlos III. En ambos casos, Juan Carlos, de 84 años, que ha sido operado en los últimos años de rodilla y cadera, se movía con dificultad.
Juan Carlos, que abdicó en 2014 en favor de su hijo, fue invitado por el gobierno británico, y el gobierno español insistió en que el representante de España en los funerales era Felipe VI.
“El jefe del Estado está claro que es el rey Felipe VI, es al que yo acompaño en los funerales de la reina Isabel II”, explicó este mismo martes por la mañana en Londres el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares.
“El rey emérito se encuentra en Londres respondiendo a una invitación a título personal, por lo tanto yo creo que los papeles están claramente definidos”, agregó.
Juan Carlos I e Isabel II eran primos lejanos -la reina Victoria era tatarabuela de ambos-, y Felipe VI trataba de “tía Lilibeth” a la monarca cuyos funerales reúnen en Londres a decenas de dignatarios mundiales.