Naciones Unidas, Estados Unidos |En medio de una acumulación de crisis sin precedentes, se espera que unos 150 líderes mundiales asistan la próxima semana a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, sacudida por profundas divisiones derivadas de la invasión rusa de Ucrania.
“Nuestro mundo está asolado por la guerra, golpeado por el caos climático, marcado por el odio y cubierto de vergüenza por la pobreza, el hambre y la desigualdad”, señaló días antes de la cita anual el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, llamando a la humanidad a “unirse” para encontrar soluciones.
Una esperanza de unidad que sin embargo parece inalcanzable, como demuestran los debates en torno a la participación vía video del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Pero este año se ha vuelto a las reglas habituales: para tener derecho a voz en la Asamblea General a partir del martes, hay que estar presente. Con la notable excepción de Zelenski, luego de que el viernes los estados miembros aprobaran una propuesta para permitirle transmitir un mensaje pregrabado mientras lidera la respuesta militar a la invasión rusa a su país.
Siete naciones votaron en contra de esta iniciativa (Rusia, Bielorrusia, Siria, Cuba, Corea del Norte, Eritrea y Nicaragua), argumentando que debería extenderse a todos los líderes, ya que el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, no planean viajar a Nueva York.
Según Richard Gowan, analista del International Crisis Group, Zelenski recibirá “mil veces más atención que la mayoría de los discursos de otros líderes presentes”, pero “debe tener cuidado”. “Muchos políticos no occidentales están resentidos con Occidente por centrarse en Ucrania”, opinó.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, reconoció estas inquietudes.
“A los países les preocupa que mientras nos enfocamos en Ucrania, no estamos prestando suficiente atención a otras crisis en el mundo. Ese no es el caso”, declaró a la AFP.
“El mundo sigue girando”
“El mundo sigue girando. No podemos ignorar lo que está pasando en el resto del mundo”, señaló Thomas-Greenfield, insistiendo en particular en la crisis alimentaria, tema central de varios eventos.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, copresidirá el martes una cumbre sobre seguridad alimentaria junto con la Unión Africana, la Unión Europea y España, en momentos en que los altos precios de los alimentos, incrementados aún más por la invasión a Ucrania, el principal productor de cereales, provocan hambrunas.
La oficina del presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que buscará “el diálogo con nuestros socios del Sur para evitar sembrar esta idea de que es Occidente contra el resto”, y aseguró que la “emergencia climática” también tendrá un lugar protagónico en los debates.
Los países en desarrollo, los menos responsables del calentamiento global pero sus primeras víctimas, están hartos de que la acción climática pase con demasiada frecuencia a un segundo plano.
“No tenemos más tiempo que perder”, sostuvo el embajador de Antigua y Barbuda, Walton Webson, presidente de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS por sus siglas en inglés), quien espera “compromisos” en materia de financiamiento para afrontar el cambio climático.
A dos meses de la conferencia COP27 sobre el clima en Egipto, Guterres dijo que aprovechará para reiterar la urgencia de actuar, durante su discurso de apertura el martes y durante una mesa redonda a puertas cerradas para “intercambios francos” con algunos líderes.
Antes de la seguidilla de discursos desde la tribuna a partir del martes, el secretario general mantuvo su cumbre de educación el lunes, pero se espera que asistan menos líderes debido al funeral de Isabel II en Londres.
El funeral de la reina plantea todavía algunas dudas sobre el programa en Nueva York, donde la nueva primera ministra británica, Liz Truss, pronunciará su primer gran discurso desde que asumió el cargo. Estados Unidos, el país anfitrión, suele hablar al inicio, pero el discurso de Joe Biden se pospuso para el miércoles.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro ya está confirmado el martes, al igual que el turco Recep Tayyip Erdogan y el francés Macron. También se espera la llegada del presidente iraní, Ebrahim Raisi, y del mandatario venezolano, Nicolás Maduro.
Aunque este año marca el regreso en persona de los líderes de la gran mayoría de los países del planeta, con algunas ausencias notables, como las de Putin y Xi, siguen vigentes restricciones por la pandemia: las delegaciones debieron reducir su tamaño y las acreditaciones de los medios son limitadas. Además, el uso de mascarilla será obligatorio.