Taipéi, Taiwán |Taiwán acusó el sábado al ejército chino de simular un ataque sobre su territorio y criticó el comportamiento “irresponsable” del “régimen autocrático” de China, que redobló sus represalias por la visita a la isla de la legisladora estadounidense Nancy Pelosi.
Las relaciones entre las dos superpotencias cayeron en picado tras la visita de Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, a la isla de gobierno autónomo que China considera parte de su territorio.
La llegada de Pelosi a Taiwán esta semana fue vista como una “provocación” por China, que como revancha inició sus mayores ejercicios militares alrededor de Taiwán en décadas.
Las autoridades taiwanesas acusaron el sábado a China de simular un ataque a su isla principal.
Hay “múltiples tandas de aviones y barcos comunistas realizando actividades alrededor del Estrecho de Taiwán (…)”, indicó el sábado el ministerio de Defensa taiwanés en un comunicado.
“Se consideró que realizaban un simulacro de ataque a la isla principal de Taiwán”, agregó.
En respuesta, los militares de la isla movilizaron patrullas aéreas y terrestres y desplegaron sistemas de misiles terrestres, dijo la misma fuente en un tuit.
“Acciones brutales”
El Consejo de asuntos continentales, el organismo taiwanés que gestiona las relaciones con China continental, denunció las “acciones brutales y deplorables” de Pekín.
“Pedimos a todos nuestros socios democráticos de todo el mundo que sigan apoyando a Taiwán y contrarresten el comportamiento irresponsable de un régimen autocrático que socava la paz con su aventurerismo militar”, dijo.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió el sábado con su homólogo filipino y afirmó que Washington estaba “decidido a actuar de forma responsable” para evitar una crisis mundial.
El medio ambiente se convirtió en la última víctima de la batalla geopolítica, cuando Pekín dijo que se retiraría de las conversaciones y acuerdos de cooperación con Washington, particularmente sobre cambio climático y cooperación en defensa.
Ambos países, los mayores contaminadores del mundo, se habían comprometido a trabajar juntos para acelerar la acción climática, pero el acuerdo ahora parece incierto.
China no debe tomar como “rehén” las conversaciones sobre temas de interés global como el cambio climático, añadió Blinken. Esto “no castiga a Estados Unidos, sino al mundo”, insistió.
“Es imposible abordar la emergencia climática si las economías número uno y dos y los emisores numero uno y dos no toman acciones”, indicó a la AFP Alden Meyer, del centro de estudios sobre el clima E3G.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que las dos superpotencias deben continuar trabajando juntas por el bien del mundo.
“Para el secretario general, no hay forma de resolver los problemas más urgentes del mundo sin un diálogo efectivo y cooperación entre los dos países”, declaró su portavoz Stephane Dujarric.
La escala e intensidad de los ejercicios chinos han generado críticas en Estados Unidos y otros países. La Casa Blanca convocó el viernes al embajador chino en Washington para reclamarle por las acciones de Pekín.
En un comunicado, tanto Blinken como los ministros de Asuntos Exteriores de Japón y Australia pidieron a China poner fin a sus maniobras.
Pero Pekín dijo que realizaría también un simulacro con fuego real en el sur del mar Amarillo — situado entre China y la península de Corea– desde el sábado hasta el 15 de agosto.
En una muestra de cuánto se acercaron a Taiwán, las fuerzas chinas divulgaron el viernes un video de un piloto que grabó la línea costera y montañas de la isla desde su cabina.
Y el Comando Oriental del ejército compartió una foto que supuestamente fue tomada de un buque de guerra patrullando cerca de Taiwán en la que se veía claramente la costa de la isla.
Según la televisión estatal china CCTV, los misiles chinos volaron directamente sobre Taiwán durante las maniobras, aunque no fue confirmado. Pero Taipéi se mantiene desafiante e insiste que no se doblegará ante su “vecino malvado”.