La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se reunió este viernes con congresistas estatales latinas para defender el derecho al aborto, convertido en un tema de campaña para las legislativas de noviembre desde que la Corte Suprema anuló la protección federal que lo blindaba.
El 24 de junio la Corte Suprema abrió el camino para que cada estado decida si permite o prohíbe el aborto en una sentencia aplaudida por los republicanos y criticada por los demócratas.
Kamala Harris agradeció a las congresistas latinas “un trabajo extraordinario en la primera línea” de la lucha por el derecho al aborto, en comentarios previos a la mesa redonda, que transcurrió a puerta cerrada.
Se trata, afirmó Harris, de “aprender sobre el trabajo que se está realizando sobre el terreno, pero también promover nuestro objetivo de garantizar que ninguna mujer se sienta sola o ignorada en nuestro país sobre este asunto”.
Añadió que “el gobierno no debería tomar estas decisiones por las mujeres” porque “son lo suficientemente inteligentes como para hacerlo, tienen albedrío para hacerlo”.
El impacto de la decisión de la Corte Suprema sobre las latinas es mayor, señaló Harris, debido a “problemas particulares” como el hecho de que “puede haber una barrera del idioma” y el acceso a la atención médica dado que tienen menos probabilidades de tener un seguro privado.
Raquel Cruz-Juárez, del Fondo de Acción para la Planificación Familiar, lo confirma. “Incluso antes de que la Corte Suprema eliminara el derecho constitucional federal al aborto, los latinos, además de los negros y los indígenas, ya se enfrentaban a barreras para el acceso al aborto y la atención médica en general, debido al racismo sistémico y las desigualdades”, afirma en un comunicado.
Kamala Harris mencionó asimismo la desinformación en español.
“Observamos el hecho de que ha habido, creemos, información errónea y desinformación selectiva” y hay que examinar qué se puede hacer para “recalcar la información precisa, para que las personas estén capacitadas para tener el poder de tomar decisiones basadas en hechos y no en tergiversaciones”.
La congresista que representó al estado de Utah, Angela Romero, insistió en los determinantes sociales de la salud porque muchas mujeres “especialmente las de color no tienen acceso ni siquiera a los servicios básicos de atención médica ni a los anticonceptivos”.
La legisladora texana Gina Hinojosa, católica, y la de Arizona, Alma Hernández, judía, opinaron que no es un tema religioso sino que se trata de dar a la mujer el derecho a elegir.
Según las últimas encuestas, alrededor del 60% de la población estadounidense apoya el derecho al aborto y, aunque existen importantes divisiones partidistas, casi el 40% de los votantes republicanos lo respaldan.