París, Francia. El presidente francés, Emmanuel Macron, remodeló este lunes el gobierno sin grandes cambios para encarar un segundo mandato que se anuncia difícil para su agenda reformista y liberal, tras perder la mayoría absoluta en el Parlamento.
Macron “tendió la mano en cuatro ocasiones a la oposición para poner todas las opciones sobre la mesa. Dijeron no”, indicó un consejero del ejecutivo, para quien la “mayoría presidencial” es así “la única que existe”.
Con 250 diputados y a 39 de la mayoría absoluta, Macron reforzó el peso de sus aliados y completó el gobierno liderado desde mayo por la primera ministra Élisabeth Borne, pero sin cambios en profundidad tras fracasar en su intento de recabar apoyos.
El anuncio más destacable no es la entrada de nuevos ministros, sino la salida de uno de los tres miembros del gobierno acusados de violación, Damien Abad, que ejercía de responsable de Solidaridades, Autonomía y Personas Discapacitadas.
Su nombramiento en mayo se presentó como un fichaje de la derecha, pero las revelaciones días después de presuntas agresiones sexuales lastraron al ejecutivo. La justicia francesa abrió la semana pasada una investigación por intento de violación.
“Era preferible que, ante la vil calumnia, pudiera defenderme sin obstaculizar la acción del gobierno”, aseguró Abad, quien agradeció a Macron su “confianza” antes de pasar el testigo al director general de la Cruz Roja francesa, Jean-Christophe Combe.
Aunque también son objetos de denuncias por violación, otros dos miembros del gobierno de Borne –que seguirá siendo paritario con 21 hombres y 21 mujeres, aunque los primeros ocupan la mayoría de altas funciones– siguen en el cargo.
La fiscalía pidió archivar a inicios de 2022 una denuncia contra el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que ahora asume también Ultramar. La secretaria de Estado Chrysoula Zacharopoulou afronta demandas durante el ejercicio de su profesión de ginecóloga.
– “Falta de visión” climática –
La entrada más destacada en el nuevo gobierno de Borne es la de Laurence Boone, actual economista jefa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), como nueva secretaria de Estado de Asuntos Europeos.
Su predecesor Clément Beaune, el “señor Europa” de Macron desde su llegada al poder en 2017, ejercerá ahora como ministro delegado de Transportes, tras ganar ‘in extremis’ un escaño de diputado en las legislativas de junio.
En virtud de una regla no escrita, los ministros que optaban a un escaño y no lo lograron debían abandonar el ejecutivo. Tres no lo consiguieron: Amélie de Montchalin (Transición Ecológica), una allegada de Macron, Brigitte Bourguignon (Salud) y Justine Benin (Mar).
Greenpeace lamentó la “falta de visión” del gobierno al nombrar como sexto ministro de Transición Ecológica en cinco años a Christophe Béchu, “un responsable político sin experiencia” en cuestiones climáticas.
El médico de emergencias François Braun asumirá Salud en plena séptima ola de contagios de covid-19 y el diputado Hervé Berville, un huérfano ruandés evacuado al inicio del genocidio de Ruanda en 1994, será secretario de Estado del Mar.
– Declaración de política general –
Esta remodelación marca en la práctica el inicio del segundo mandato del presidente centrista, dos días antes del discurso de política general de su primera ministra, y cierra un período de incertidumbre desde su reelección el 24 de abril.
El nuevo gobierno no convenció a la extrema derecha ni a la izquierda radical, los principales grupos de oposición de la Asamblea (cámara baja), pero tampoco a la formación que busca atraer el oficialismo para tejer mayorías: Los Republicanos (derecha).
La ultraderechista Marine Le Pen acusó a Macron de “ignorar de nuevo el veredicto de las urnas” y la izquierdista Mathilde Panot consideró que la remodelación simboliza “un poder en decadencia”, tras no lograr atraer a miembros de otros partidos.
Aunque la oposición espera que Borne se someta a una moción de confianza tras su discurso, la llegada al gobierno de muchos diputados apunta a que esa práctica habitual no tendrá lugar. La decisión todavía no está tomada.
Borne ya inició en cambio la negociación con la oposición de su primer proyecto de ley, un paquete de medidas que busca proteger el poder adquisitivo y cuya adopción espera para finales de julio o principios de agosto.
El alza de precios –especialmente del combustible y de la alimentación– por la guerra en Ucrania es la principal preocupación de los franceses y una señal de alerta para Macron, cuyo primer mandato ya estuvo marcado por fuertes protestas sociales.