Al ritmo de “Superwoman” de Alicia Keys, con imágenes de la vida de Isabel II proyectadas sobre la fachada del Palacio de Buckingham, el mundo de la música rindió el sábado un emotivo homenaje a la reina por sus 70 años en el trono.
Decenas de músicos, bailarines y representantes del deporte y las artes británicas participaron en un gigantesco concierto en Londres en el tercer día del “jubileo de platino”.
Los organizadores habían prometido sorpresas y no decepcionaron. Un vídeo de la monarca, de 96 años, tomando el té con el oso Paddington, en que con una pícara sonrisa reconocía llevar un sandwich de mermelada en su inseparable bolso, abrió el espectáculo con humor.
Golpeando con sus cucharas de plata las tazas de porcelana al ritmo de “We Will Rock You”, la monarca y el célebre osito de animación dieron paso a los legendarios Queen, junto al cantante estadounidense Adam Lambert.
El guitarrista, Brian May, emuló su proeza de 2002 cuando tocó sobre el tejado del palacio para el “jubileo de oro”, y volvió a subir en alto con su guitarra, esta vez frente a la estatua de la reina Victoria.
Unas 22.000 personas presenciaron el espectáculo en directo, entre ellos el príncipe Carlos, heredero al trono de 73 años, y su esposa Camila. El príncipe Guillermo, de 39 años, segundo en el orden sucesorio, estuvo acompañado por Catalina y sus hijos Jorge, de 8 años, y Carlota de 7.
Ovacionado, el joven y popular príncipe dio las gracias a su abuela por su defensa del medioambiente, mientras su padre recordaba que la reina, monarca más longeva en la historia británica, ha hecho “y sigue haciendo Historia”.
La reina, obligada a descansar
Entre los aforturnados que lograron entradas, David Hitchins, invitado por su trabajo para la sanidad pública británica, se reconocía “muy emocionado de estar aquí”.
Otras decenas de miles de personas siguieron el concierto en pantallas gigantes desde el centro de Londres y millones por televisión, como la propia monarca, que cansada por los festejos del primer día tuvo que cancelar su presencia en varios eventos de su “jubileo de platino”.
Apasionada de la hípica, la reina renunció a asistir el sábado a la 243ª edición de la carrera más prestigiosa del país, el Derby celebrado en Epsom Downs, a unos 30 km de Londres.
Tras aparecer de pie el jueves en el balcón del palacio para inaugurar los cuatro días de festejos sintió “un cierto malestar”, que el viernes ya la llevó a cancelar su presencia en una multitudinaria misa de acción de gracias.
La salud de Isabel II preocupa desde que en octubre los médicos le ordenaron guardar reposo y pasó una noche hospitalizada para someterse a “pruebas” médicas. Desde entonces canceló su presencia en numerosos actos oficiales y empezó a caminar con bastón.