AFP.- Las revelaciones de prensa sobre las cuentas del banco Credit Suisse, conocidas como “Suisse Secrets” relanzaron el debate sobre la transparencia financiera del país alpino, que lleva años intentando limpiar su imagen.
Credit Suisse se vio sacudido el domingo por las revelaciones del Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) –un consorcio de 47 medios de comunicación, entre ellos Le Monde, The Guardian y La Nación de Buenos Aires– en las que se afirmaba que el banco había albergado durante varias décadas fondos de origen ilícito o criminal.
La segunda entidad bancaria suiza rechazó sin embargo estas acusaciones, afirmando que se basan en datos “parciales”, “inexactos” o “sacados de contexto” y subrayó que algunos casos se remontan a los años 1940 y que el 90% de las cuentas afectadas ya están cerradas.
Según el banco, las acusaciones son “un esfuerzo concertado para desacreditar no solo al banco, sino al centro financiero suizo en su conjunto”.
– Transparencia –
La organización de accionistas Actares, que ya había reclamado diálogo al banco tras los escándalos que le afectaron el año pasado, dijo a la AFP que esperaba más de estas revelaciones.
“Credit Suisse debe crear de una vez por todas transparencia en una cantidad aparentemente inmanejable de discrepancias, que afectan no solo a los inversores sino también a la reputación de los bancos suizos”, dijo la organización.
Por su parte el periódico de Zúrich NZZ dijo que “algunos de los casos revelados por Secret Suisse ‘ya no serían posibles’ con la legislación actual”.
Los datos analizados en esta investigación se refieren a 18.000 cuentas bancarias mantenidas por el banco desde principios de los años 1940 hasta finales de la década de 2010.
Desde entonces Suiza, sometida a fuertes presiones, en particular de Estados Unidos que quiere luchar contra la evasión fiscal, revisó significativamente su legislación.
En 2014, firmó un acuerdo de cooperación con Estados Unidos que obliga a las entidades financieras a transmitir determinados datos a las autoridades fiscales estadounidenses, y en 2015 otro acuerdo con la Unión Europea sobre el intercambio automático de información.
“El sistema de lucha contra el blanqueo de capitales se ha desarrollado y reforzado continuamente en los últimos años”, declaró la Asociación de Banqueros Suizos en un correo electrónico a la AFP.
“El dinero dudoso no interesa al centro financiero suizo, para el que la reputación y la integridad son factores clave”, añadió.
– Efecto ‘Papeles de Panamá’ –
Según un informe publicado en octubre por el Ministerio de Finanzas suizo, entre 2015 y 2019 las denuncias a la Oficina de Información sobre el Blanqueo de Capitales (MROS) fueron cuatro veces mayores de media por año que en los diez años anteriores.
Los autores del informe explican esta “avalancha de denuncias” por el hecho de que los bancos son más sensibles a los riesgos para su reputación, en particular desde los grandes casos de corrupción como la operación “Lava Jato” en Brasil o revelaciones de prensa como los “Papeles de Panamá” o los “Paradise Papers”.
Al mismo tiempo, las disposiciones legislativas relativas a la prensa también se han endurecido y los grandes periódicos suizos lamentan no haber podido participar en las revelaciones de “Suisse Secrets”.
Pese a ello los analistas de RBC Capital Markets advierten que las revelaciones suponen otro “incendio” que la dirección de Credit Suisse tendrá apagar.
Desde marzo de 2021, el banco se ha visto sacudido por la quiebra de la compañía financiera Greensill, los problemas del fondo estadounidense Archegos, las multas por los préstamos a Mozambique y la abrupta dimisión de su presidente por incumplir las normas de cuarentena, tan solo ocho meses y medio después de asumir el cargo.