AFP.- Una ley que prohíbe el aborto después de seis semanas de gestación sin excepciones por violación o incesto entró en vigor este miércoles en el estado de Texas, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos renunció a pronunciarse ante una solicitud de emergencia para frenarla.
El gobernador republicano Greg Abbott firmó en mayo el proyecto de ley que prohíbe el aborto una vez que se puede detectar un latido fetal, lo cual suele darse alrededor de la sexta semana de embarazo, antes de que muchas mujeres sepan que están embarazadas.
La norma, que no hace excepciones por violación o incesto, convierte a Texas, en el sur de EEUU, en el estado más difícil de Estados Unidos para abortar.
Si bien ya se han aprobado prohibiciones similares en una docena de estados, hasta ahora todos habían sido bloqueados en los tribunales para que no entraran en vigor.
Hacia la medianoche la Corte Suprema declinó pronunciarse sobre la ley.
Sin embargo, aún puede aceptar la solicitud de emergencia de grupos de derechos humanos y civiles como la asociación Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) y Planned Parenthood (Planificación familiar), el Centro de Derechos Reproductivos, así como proveedores de servicios de aborto, para detener el llamado “proyecto de ley del latido del corazón”.
Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dijo que el hecho de que la Corte Suprema no interviniera ha “provocado una catástrofe para las mujeres en Texas”.
“Esta ley radical es un esfuerzo total para borrar los derechos y protecciones de la Roe v. Wade”, alertó, en una referencia al histórico fallo de la Corte Suprema de 1973 que consagró el derecho de la mujer al aborto.
– “Caza recompensas” –
“Aproximadamente, entre el 85 y el 90% de las personas que se someten a un aborto en Texas tiene al menos seis semanas de embarazo, lo que significa que esta ley prohibiría casi todos los abortos en el estado”, protestó la ACLU, que denunció una norma “descaradamente inconstitucional”.
Otros estados que han tratado de promulgar restricciones sobre el aborto en las primeras etapas del embarazo no han podido hacerlo por el fallo histórico de 1973 denominado “Roe v. Wade”.
Esa decisión permitió el aborto mientras el feto no sea viable, lo que suele ocurrir hacia las semanas 22 a 24 de embarazo.
La ley de Texas es diferente porque permite a los ciudadanos, en lugar de a los funcionarios estatales como los fiscales o los departamentos de salud, hacer cumplir la prohibición.
Esta iniciativa “crea un esquema de caza de recompensas que alienta al público en general a entablar demandas contra cualquiera que crea que ha violado la prohibición”, indicó la ACLU.
“Cualquiera que demande con éxito a un trabajador de un centro de salud, un proveedor de servicios de aborto o cualquier persona que ayude a alguien a acceder a un aborto después de seis semanas será recompensado con al menos 10.000 dólares, pagados por la persona demandada”, explicó.
“Los grupos antiaborto en Texas ya han creado formularios en línea para que las personas demanden a cualquiera que crean que está violando la ley y alentando a las personas a enviar ‘denuncias anónimas’ sobre médicos, clínicas y otras personas que violan la ley”, resaltó la ACLU.
– Riesgos –
Nancy Northup, presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, sostuvo que el proyecto de ley de Texas obligaría a las mujeres a “viajar fuera del estado, en medio de una pandemia, para recibir atención médica garantizada constitucionalmente”.
La presidenta de Planned Parenthood, Alexis McGill Johnson, puntualizó que se le pide a la Corte Suprema “que mantenga 50 años de precedentes y se asegure de que a los tejanos no se les niegue su derecho constitucional al aborto”.
La Corte Suprema debe ocuparse en las próximas semanas de un caso que se refiere a una ley del estado de Misisipi que prohíbe los abortos después de la semana 15 de embarazo, excepto en casos de emergencia médica o una anomalía fetal grave.
Será el primer caso sobre aborto considerado por el máximo tribunal de la nación desde que el expresidente republicano Donald Trump consolidó una mayoría conservadora de 6 a 3 en el panel de nueve miembros.