AFP.- Los habitantes de Zambia decidirán el jueves si reeligen como presidente a Edgar Lungu, en un momento en que este país del sur de África vive una grave crisis económica y la mano dura aplicada contra la oposición lo ha puesto al borde del estallido social.
Los zambianos decidirán el jueves, en una votación que se perfila pareja, si reeligen al presidente actual, Edgar Lungu, criticado por su política económica y su intransigencia ante la oposición, lo que genera temores por disturbios en este país enclavado en el sur de África y sin salida al mar.
La violencia esporádica ha enfrentado a militantes del Frente Patriótico (PF), en el gobierno, con los del principal partido opositor, UPDN, lo que la semana pasada llevó al presidente en ejercicio a desplegar al ejército, medida denunciada por parte de la oposición como una táctica de intimidación.
El principal adversario del presidente saliente, de 64 años, es su opositor histórico, un rico empresario autodidacta, Haikainde Hichilema, de 59, quien en 2015 perdiera por muy poco margen ante Lungu en una consulta tras la muerte del presidente anterior, y también en las elecciones generales convocadas al año siguiente.
Encuestadores y observadores prevén una votación particularmente pareja, que brindará pautas a los inversores extranjeros interesados en este vasto país, rico en cobre, en el que más de la mitad de sus 17 millones de habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza.
Oposición con ‘perfil bajo’
Los problemas económicos del país han desgastado al apoyo a Lungu, acusado de realizar empréstitos de forma insostenible para financiar proyectos de infraestructuras muy llamativos, en tanto que el costo de vida se dispara.
En la capital, Lusaka, feudo histórico del partido gobernante, los emblemas verdes del PF predominan en las vallas publicitarias a lo largo de calles y carreteras, así como en los pasos elevados recientemente construidos.
Hacen el elogio de los “logros” en sectores como los de la construcción, agricultura y empleo juvenil. “Voy a votar al PF”, indicó a la AFP Justina Nsama, encargada de un puesto de frutas en un bullicioso mercado del centro de la ciudad. “Son trabajadores y Lungu es alguien fuerte y humilde con la gente” del pueblo, afirmó esta mujer de 42 años, luciendo el rostro de su candidato estampado en su camiseta blanca.
En cambio, los partidarios de la oposición mantienen un perfil bajo, e inclusive a veces lucen el color verde para evitar agresiones de sus adversarios políticos.
A esto lo llamamos la “táctica de la sandía”: rojo, color de la oposición, por dentro, verde por fuera. “Es que no te sientes seguro. Hay mucha intimidación”, aseguró William Njombo, un pastor de 42 años, quien trabaja como voluntario en la sede del partido, un edificio sencillo ubicado en el centro de Lusaka.