AFP.- Las últimas manadas de leones asiáticos viven protegidas en el parque nacional de Gir, en el oeste de India, pero recientemente ha surgido un nuevo y temible enemigo: la enfermedad de Carré, también conocida como moquillo, que podría acabar con ellos, advierten expertos locales.
Los leones asiáticos eran numerosos en el siglo XIX; vivían desperdigados desde Asia hasta la India oriental. Pero la caza implacable y las incursiones humanas en su hábitat estuvieron a punto de acabar con la especie.
El león de Asia es ligeramente diferente del africano, su pelaje y melena son más espesos.
En 1913 apenas quedaban una veintena en el mundo, todos en Gir, una región selvática de 1.400 km2 en el estado de Gujarat (oeste). Años de esfuerzos por parte del gobierno permitieron repoblar poco a poco la manada. En 2020 se logró contar 674 ejemplares.
Pero hace tres años la muerte de al menos once felinos puso en alerta a las autoridades.
La enfermedad de Carré o moquillo es altamente contagiosa. Se caracteriza por fiebre, pérdida de apetito, deshidratación, por lo que las autoridades del parque organizaron inmediatamente una operación de vacunación.
“Hemos revisado a toda la población. Hemos ido a buscar a todos los leones y los hemos aislado”, explicó a la AFP Dushyant Vasavada, conservador jefe del sitio.
– Vacunación general –
Los leones han podido ser vacunados gracias a la importación urgente de dosis. Cada felino tuvo que ser vacunado tres veces, además de una dosis de refuerzo.
“Hemos conseguido controlar la propagación de la enfermedad. No hemos observado ningún caso reciente”, destaca el experto, que recuerda la necesidad de vigilar estrechamente a los animales.
Por precaución, todo el ganado en las cercanías, así como los perros, que probablemente transmitieron el virus, también fueron vacunados.
El rey de los animales es una fuente de orgullo en India, y una importante atracción turística, que atrae a medio millón de amantes de la naturaleza y la fauna salvaje al parque.
“Ver a los leones de cerca en plena naturaleza es una experiencia que da escalofríos”, explica el guía forestal Dinesh Sadiya, mientras que familias enteras de turistas se apiñan en los jeeps.
“Me encanta observar su expresión cuando ven a nuestros preciosos leones”, describe el guía.
– ¿Reubicación? –
Según los expertos en fauna salvaje, para prevenir los riesgos de epidemia y evitar que la población de leones sea decimada, habría que trasladar a algunos grupos a otros sitios.
“Hay muchos más leones de los que Gir puede albergar (…) Estos animales no son sedentarios, se desplazan constantemente e interactúan con los animales domésticos y los humanos” lo que aumenta los riesgos de contagio, explica el biólogo Ravi Chellam.
“La reubicación es una estrategia de atenuación de los riesgos, como suscribir un seguro de salud”, dice. “Si algo les pasara a los leones de Gir, quedaría una población en libertad en otro sitio”, añade.
En 1993, una epidemia de la enfermedad de Carré devastó el parque nacional de Serengati, en Tanzania. Un tercio de sus 3.000 leones murió.
Sin embargo, el gobierno de Gujarat no quiere mover a los leones de su territorio.
Y mientras se toma una decisión, las autoridades han importado 75 collares electrónicos de Alemania para vigilar el estado de salud y los desplazamientos de parte de los leones.
“Los collares están equipados de un GPS, así que si un león no se ha movido en 48 horas podemos alertar a nuestros equipos”, explica Mohan Ram, el conservador adjunto.
“Gracias a la gestión en tiempo real y a la geolocalización, hemos podido reducir también las interferencias entre el hombre y el animal”, añade.