AFP.- El gobierno español, sindicatos y la patronal llegaron a un acuerdo este martes para prolongar hasta fines de mayo los planes subsidiados de empleo parcial desplegados para evitar despidos durante la pandemia del covid-19.
Es la tercera vez que el gobierno alarga este mecanismo, costoso para las finanzas públicas, puesto en marcha en abril, y que de no haberse prorrogado habría vencido el 31 de enero.
“Mantenemos todas las garantías de mantenimiento del empleo (…) Se mantiene la prohibición de despedir”, señaló en rueda de prensa la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
El mecanismo prohíbe a las empresas efectuar despidos por seis meses tras haberse beneficiado de estas ayudas.
Esta disposición fue mantenida tras arduas negociaciones con la patronal, que pedía flexibilización, buscando que el reembolso de ayudas se limitara a aquellas destinadas a trabajadores eventualmente despedidos, y no al global de ayudas recibidas.
A fines de diciembre, 755.000 personas se beneficiaban de estos planes, en particular en los sectores del turismo y de la hostelería, muy golpeados por la pandemia del nuevo coronavirus.
En el punto álgido del estricto confinamiento domiciliario, que se prolongó de marzo a junio, 3,4 millones de personas estuvieron incluidas en los planes.
Tanto para los sindicatos como para el gobierno de izquierda de Pedro Sánchez, estos planes han permitido reducir drásticamente la destrucción de puestos de trabajo.
España, uno de los países más impactados económicamente a causa de la pandemia, registró 730.000 desempleados adicionales en 2020.
Estos planes de desempleo parcial son muy costosos para las finanzas públicas: unos 23.000 millones de euros (27.900 millones de dólares) se gastaron entre marzo y septiembre, incluyendo en esta cifra las ayudas a los trabajadores autónomos, según el ministerio de Seguridad Social.
Su financiación contribuirá a una escalada del déficit y de la deuda pública en este país, que había mostrado en años recientes músculo económico tras haber sufrido duramente por la crisis financiera de 2008.
España, con una economía muy dependiente del turismo, será seguramente el país occidental con la mayor caída de su PIB en 2020 a causa de la pandemia, según el FMI, que prevé un descenso del 12,8%.