AFP.- Atacantes en columnas organizadas, una mujer gritando instrucciones desde un megáfono y visitas sospechosas el día anterior. Los investigadores indagan si el asalto al Congreso de Estados Unidos el 6 de enero fue planeado, con ayuda de gente de dentro.
Inquietantes videos, fotografías y comunicaciones por internet podrían apuntar hacia una supuesta conspiración.
Un vídeo muestra cómo más de una docena de hombres, vestidos con ropa similar a la de las fuerzas de asalto, suben los escalones del Capitolio en fila, atravesando la densa multitud hacia las puertas del edificio.
En otro, una mujer con un gorro rosa da instrucciones con un megáfono a otras personas dentro de la sede del Congreso, indicándoles dónde ir.
Y varios hombres, incluyendo a dos que consiguieron entrar en la cámara del Senado, llevaban tiras de plástico que podrían ser usadas para inmovilizar a rehenes.
Algunos funcionarios consideran que muchos de los manifestantes pro-Trump que allanaron las oficinas de los principales legisladores del Congreso, como la de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, parecían saber cómo moverse en el laberíntico Capitolio.
“Sabían dónde ir”, afirmó el veterano demócrata James Clyburn en CBS News. “Sí, alguien de dentro de esos edificios era cómplice en esto”.
- “Máxima prioridad” -Los fiscales arrestaron a docenas de personas hasta ahora y dicen que más de 200 pueden ser acusadas. Pero no usaron las palabras “conspiración” o “complot” para describir este asalto sin precedentes al corazón de la democracia estadounidense.
Michael Sherwin, el fiscal federal de Washington que supervisa la investigación, afirmó el viernes que están viendo “rastros de organización”, incluyendo comunicaciones entre quienes estaban dentro y fuera del edificio.
Según él, la prioridad para las fuerzas de seguridad es determinar si hubo un “control y mando general” y “equipos organizados” en la invasión al Congreso.
“Tomará semanas si no meses el descubrir las motivaciones reales de algunos de esos grupos”, afirmó.
Pero, añadió, “no hay pruebas directas en este momento de [que hubiera] equipos para matar o capturar, y asesinatos”.
- Recorridos sospechosos -Analistas opinan que la mayoría de las acciones del 6 de enero fueron caóticas, desorganizadas y más típicas de unos disturbios espontáneos.
Pero la legisladora Mikie Sherrill señaló el miércoles que grupos de seguidores de Trump realizaron tours por el Capitolio para “reconocerlo” un día antes del ataque, calificando esas visitas de “sospechosas”.
Los visitantes “solo pudieron obtener acceso al Complejo del Capitolio de un miembro del Congreso o de algún miembro de su equipo”, indicaron la expiloto de helicópteros y otros legisladores en una carta dirigida a la seguridad del Congreso.
“Los vínculos entre estos grupos dentro del Complejo del Capitolio y los ataques en el Capitolio precisan ser investigados”.
- Instrucciones -Gran parte de la atención se centra en un video. En él se ve cómo varios manifestantes dentro de una habitación del Capitolio se reagrupan para decidir hacia dónde ir tras el éxito inicial de su irrupción en el edificio.
La mujer del megáfono les grita justo desde afuera, a través de un cristal roto.
“Eh, chicos, estuve en la otra habitación”, dice. “En la otra habitación, al otro lado de esta puerta, justo ahí donde estáis, hay un cristal por el que, si se rompe, se puede dejar caer a alguien hacia una habitación abajo”.
“También hay dos puertas en la otra habitación. Una en la parte trasera y otra al entrar a la derecha”, añade. “Entonces la gente debería probablemente coordinarse si quiere tomar este edificio”.
Estos datos no confirmarían, sin embargo, una gran conspiración ni un plan convincente.
Matthew Feldman, del Centro para el Análisis de la Derecha Radical en Reino Unido, dice que esto es típico de la violencia política.
De momento, con pruebas limitadas sobre comunicaciones y otros vínculos, “es imposible establecer una causalidad”, asegura.
“Las personas que formaron la masa no parecían organizadas, pero entre ellos había claramente gente que sí estaba organizada”, agrega.
Feldman destaca que la multitud incluía a miembros de los grupos violentos Three Percenters, Oath Keepers y Proud Boys, algunos de los cuales viajaron a Washington desde puntos tan lejanos como Hawái.
Su presencia, el descubrimiento de bombas caseras escondidas en las proximidades, y las aparentes amenazas para capturar a miembros del Congreso o al vicepresidente eran signos de un complot de “terrorismo”, afirma.
“Había una turba desenfrenada… y entre ellos había terroristas domésticos”, que estaban “claramente planeando algo”.
Pelosi mencionó el viernes la posibilidad de que hubiera planificación y coordinación.
“Si, de hecho, se descubre que miembros del Congreso fueron cómplices de esta insurrección, si ayudaron e incitaron al delito, puede que se tomen acciones más allá del Congreso en términos de acusación”, advirtió.