República Dominicana, la Santa Sede, y el Concordato

República Dominicana, la Santa Sede, y el Concordato

Santo Domingo.- En julio de 1954 se firmó el Concordato entre la Santa Sede y la República Dominicana que aseguró una colaboración religiosa y civil.

Fue firmado por la Santa Sede Apostólica y la República Dominicana con el objetivo de garantizar una colaboración fructífera para el beneficio tanto de la vida religiosa como civil en la nación dominicana.

Este acuerdo, que estableció las normas que regularían las relaciones entre ambas partes, estuvo en consonancia con la Ley de Dios y la tradición católica dominicana.

Lee: Piden a Abinader que invite al papa a visitar RD

El Concordato, firmado por monseñor Domenico Tardini, como representante de la Santa Sede, y Rafael Leonidas Trujillo Molina, como representante de la República Dominicana, abordó una serie de disposiciones que reforzaron el papel de la Iglesia Católica en el país.

Una de las disposiciones más destacadas fue el reconocimiento por parte del Estado dominicano de la personalidad jurídica internacional de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano. Además, se estableció la acreditación permanente de un Embajador de la República Dominicana ante la Santa Sede y un Nuncio Apostólico en Ciudad Trujillo, manteniendo así las relaciones diplomáticas entre ambas entidades.

El Concordato también garantizó la libertad religiosa y el ejercicio público del culto católico en la República Dominicana. Con este, se reconoció a la Iglesia Católica como una sociedad perfecta y se le garantizó el pleno ejercicio de su poder espiritual y jurisdiccional, así como la libertad para promulgar disposiciones relacionadas con el gobierno de la Iglesia en el país.

Asimismo, se establecieron disposiciones relacionadas con la modificación de diócesis y otras circunscripciones eclesiásticas, así como la construcción de edificios eclesiásticos y la asistencia religiosa en diversos ámbitos sociales, como hospitales, cárceles y establecimientos educativos.

El Concordato también abordó cuestiones relacionadas con el matrimonio canónico, la asistencia religiosa a las fuerzas armadas, la exención de impuestos para bienes eclesiásticos y otras materias pertinentes.

Con la firma de este Concordato, la Santa Sede y la República Dominicana buscaron fortalecer su colaboración en áreas de interés común, reafirmando así los lazos históricos y culturales que unen a ambas partes.

De acuerdo con un documento de la Academia Dominicana de la Historia, el Concordato de 1954 sigue vigente y una sentencia de la Suprema Corte de Justicia lo reconoció como un tratado internacional entre dos Estados soberanos, pero su eficacia ha sido mermada, por sentencias que anularon algunos de sus artículos, y las leyes adjetivas dictaron para aplicarlo.