El mural presenta una serie de imágenes que motiva a los adultos mayores a continuar esta etapa de la vida de una manera saludable y productiva. El artista visual, Alexis Valerio, autor de la obra compartió “… esta obra la pensé con la idea de llevar alegría y mostrar que los adultos mayores pueden integrarse a la comunidad en diversas actividades, esta obra nos muestra lo poderosos que pueden llegar a ser nuestros abuelos.”
Doña Mariza Lajam de Toribio, presidente de la junta directiva de la Sociedad San Vicente de Paúl explicó “celebramos con alegría este centenario y agradecemos todos los voluntarios que con sus donaciones hacen posible que hoy seamos el hogar de muchos abuelitos. Gracias por el apoyo incondicional a nuestra institución”.
“El mural tiene como objetivo recordar a los más jóvenes integrar y apoyar a los adultos mayores en actividades cotidianas para envejecer de una manera sana y activa”, compartió María Belissa Ramírez de Zaiek, voluntaria de la institución.
El Hospicio San Vicente de Paúl es una institución que desde el 1923 trabaja en el cuidado, atención y bienestar integral de los adultos mayores. Esto con el propósito de acoger con respeto a los abuelitos más vulnerables, de acuerdo a su condición económica y social, garantizándoles un hogar con un cuidado integral que les asegure una mejor calidad de vida.
Hoy el Hospicio San Vicente de Paúl arriba a sus cien años de labor apoyando la obra social a favor de los envejecientes junto a las Hermanas Dominicas de la Presentación.
Este evento contó con el apoyo de AFP Popular, Pinturas Tucán, Calcalí y J. Armando Bermúdez & Co. S. A.
Sobre el Hospicio San Vicente de Paúl
El Hospicio San Vicente de Paúl tiene su origen en 1923, cuando el farmacéutico Emiliano Bergés rescata de las calles de Santiago a tres ancianas desvalidas y las aloja en el edificio antiguamente ocupado por el Hospital San Rafael, propiedad de la sociedad La Caridad. De inmediato se creó una Junta de Beneficencia integrada por: Amelia Julia Vda. Espaillat, Rosa Batlle de Tavares, Aida Franco de Julia, María Grieser de Tavares, Herminia Bordas de Bergés, Felicia Espaillat de Tavares, Mayún de Saleta, Claudina Moya de Grieser, Regina Silverio, Adela Stefani, Adela Franco, Virginia Julia, Ulises Franco Bidó, César Tolentino y el propio Emiliano Bergés.
El Hospicio quedó formalmente instalado y bendecido el 8 de julio de 1923. En 1926 el Ayuntamiento de Santiago donó un terreno para la construcción de un edificio propio, y el mismo es construido bajo la dirección del maestro de obras Federico Villamil y concluido por el Ing. Nicolás Cortina.
El edificio fue inaugurado y bendecido el 5 de enero de 1930 por Monseñor Adolfo Alejandro Nouel, entonces arzobispo de Santo Domingo. El Hospicio estaba dirigido, en ese entonces, por las Hermanas Mercedarias de la Caridad.