Una novela inédita de Gabriel García Márquez verá la luz en la primavera de 2024. Esto es lo que los herederos del Nobel de Literatura han decidido al cumplirse 10 años de la muerte del autor. Se trata de En agosto nos vemos, un manuscrito de 150 páginas cuya escritura e interminable reescritura arrastró el escritor colombiano durante años y que se depositó, como otros papeles del autor, en el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas, entidad que adquirió los fondos. El texto se publicará en su sello habitual, Penguin Random House, en todos los países de habla española, salvo México.
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La novela está compuesta por cinco relatos, historias cerradas y autónomas, que forman un todo unitario protagonizado por Ana Magdalena Bach, una mujer culta y aún bella, al borde de la tercera edad, que cada 16 agosto viaja al pequeño pueblo donde está enterrada su madre, en el cementerio de los pobres, para relatarle sus encuentros sexuales furtivos y extramatrimoniales.
La primera vez que se tuvo información de la existencia de esta obra fue en 1999, cuando el autor hizo una lectura de uno de los relatos en la Casa América de Madrid, que presentó como fragmento y punto de partida de una futura novela compuesta por cinco historias autoconclusivas. Entonces, el colombiano tenía 72 años y había superado recientemente un cáncer. A la presentación asistieron personalidades de la política como Felipe González y Mariano Rajoy.
Así empezaba aquel relato: “Volvió a la isla el 16 de agosto en el transbordador de las tres de la tarde. Llevaba una camisa de cuadros escoceses, pantalones de vaquero, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso y, como único equipaje, un maletín de playa. En la fila de taxis del muelle fue directo a un modelo viejo y carcomido por el salitre. El chófer la recibió con un saludo de viejo conocido y se lanzó dando tumbos a través del pueblo indigente, con casas de bahareque y techos de palma amarga, y calles de arenas blancas frente a un mar ardiente”. El público estalló en aplausos cuando acabó la lectura. El autor pidió silencio y rogó a quienes se aburriesen que salieran sin hacer ruido para no despertar a los que se hubieran dormido. Hubo risas, carcajadas y más aplausos.
Una versión de uno de los relatos se publicó en la edición de EL PAÍS del 25 de mayo de 2003. Puede leerse en la hemeroteca, con el título La noche del eclipse.
El autor priorizó la redacción de Vivir para contarla, sus esperadas memorias, que vieron la luz en 2002 y fueron un éxito editorial, especialmente en el mercado estadounidense. Más tarde, en 2004, llegó Memorias de mis putas tristes, su última obra de ficción. Sin embargo, En agosto nos vemos, que podría haber aparecido también por entonces, quedó definitivamente en el cajón. También pudo influir el hecho de que, a partir de ese momento, se agravara su memoria, cuyo deterioro solo fue a más hasta su muerte, en 2014, con 87 años.
Aunque comentó en una entrevista de 2004 con la periodista Rosa Mora que se sentía “bastante satisfecho” de cómo había abordado la crisis que sufre la protagonista, su editor Cristóbal Pera reveló un año después de su muerte que no le acababa de convencer el resultado final de la novela, a pesar de haber trabajado largamente en ella. Gabo tenía fama de reescribir una docena de veces sus libros hasta alcanzar el resultado deseado; esa versión final no se había realizado en este caso y la novela quedó finalmente desechada.
Ante esta situación, la decisión de publicarla o no recayó entonces en sus hijos Rodrigo y Gonzalo García Barcha, que han barajado durante una década esta posibilidad y, finalmente, han decidido ahora que vea la luz. “En agosto nos vemos fue el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea. Leyéndolo una vez más a casi 10 años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor, posiblemente el tema principal de toda su obra”, explican en un comunicado emitido por Penguin Random House.
El archivo personal del Nobel colombiano fue adquirido en 2014 por 2,2 millones de dólares (dos millones de euros) por el Harry Ransom Center (HRC) de humanidades de la Universidad de Texas en Austin. Allí llegó todo lo que el escritor guardaba en su casa de México, que ocupaba 20 cajas de cartón, incluyendo las 10 versiones que hizo de En agosto nos vemos. Antes de un año había sido clasificado en 78 cajas de documentos, 43 álbumes de fotos y 22 cuadernos de recortes y notas. En octubre de 2015, el archivo se abrió para investigadores y desde 2017 puede consultarse también digitalmente.
Gabriel García Márquez es el autor latinoamericano más leído y el autor más traducido del español en el siglo XXI, según el Instituto Cervantes, que ha llegado incluso a desbancar al autor del Quijote. Se prevé que esta novela se traduzca, entre otros idiomas, al inglés, francés, alemán y árabe.
Tomado del periódico: El País.