Tras ser llevada al altar frente a la Iglesia de San Estanislao en Altos de Chavón por su madre, Doña Divina, Francisca por fin pudo pronunciar los votos que había tenido guardados por años ante Francesco Zampogna y casi 200 invitados a su boda.
“No te prometo ser la mujer perfecta”, dijo emocionada la dominicana al padre de su hijo durante la ceremonia religiosa, “Pero lo que sí te prometo es que nunca me voy a dar por vencida en nuestra relación”.
“Uno tiene que creer y tener fe y tenemos que creer que merecemos estas cosas. Todo lo que pasa por nuestra cabeza puede pasar por nuestras vidas”, dice con voz entrecortada Francisca, quien está más que orgullosa de la familia que ha formado con Zampogna, con quien se casó por lo civil a finales del 2019 y pospuso su boda religiosa unos meses después debido a la pandemia, y Gennaro, el hijo de ambos, de 10 meses.
“Sé lo que es estar en momentos oscuros, sé lo que es la incertidumbre, sentirse perdido, sé lo que es que alguien mate tus sueños, también conozco ese lado”, reconoce la novia de 33 años. “Los sueños se hacen realidad. Tal vez suena trillado, pero es cierto”.
La ceremonia religiosa y la recepción que la pareja disfrutó fue en una lujosa villa en Casa de Campo con vista al mar. “Estoy muy emocionada, siento un millón de mariposas en el estómago”, confiesa la dominicana a People en Español en exclusiva. “El ver cómo quedó me hizo estar muy cerquita de ese sueño que tienen muchas mujeres de casarse bonito y tener su celebración como una princesa”.
Justo esa fue la única condición que la presentadora de Despierta América puso a su coordinadora de boda, Mayi Suárez. “‘Quiero una boda de ensueño, una boda de princesa, quiero ser una princesa al 100 por ciento’, eso fue lo que me pidió Francisca”, narra Suárez, quien junto a su madre y sus dos hermanas es dueña de la empresa Di Fiore Eventosen República Dominicana y Miami. “Francisca me pidió que todo el mundo llegara a su boda dijera ¡Wow! Que quedaran sorprendidos”.
Y vaya que Suárez y su equipo de 165 personas lo lograron. “La boda fue chic romántica. Muchas flores, velas y cristales, una boda muy elegante”, detalla la dominicana quien usó más de 300 orquídeas y diversas flores importadas de Ecuador e Italia, como rosas y tulipanes, para decorarla. “Cuando la novia entró, por un pasillo repleto de flores blancas; fue una lluvia de flores. Hubo un jardín espectacular en donde montamos una tarima. Un techo transparente con las vigas forradas de blanco”.
Elementos alusivos al pueblo donde nació Francisca también se hicieron presentes. “Arreglamos con velas y cristales, y un escenario inspirado en la glorieta del parque de Azua, República Dominicana”, cuenta Suárez. “El montaje general estuvo basado en candelabros, chandeliers y flores blancas, una boda fabulosa”.
Al igual que los tres vestidos que Francisca lució. “A diferencia de las novias que se visten de blanco todo el tiempo, yo solo de blanco cuando caminé hacia Francesco. Me quedé con un vestido más corto para divertirme y deschongarme”, dice Francisca para quien no fue nada fácil conseguir su ajuar de novia. “Salí a probarme vestidos para saber lo que quería. Me medí vestidos hasta que elegíel de la diseñadora Monique Lhuillier; fue amor a primera vista y me lo regaló la familia de Francesco”.
¿La encargada de entregar a Francisca al amor de su vida? “Mi mamá me entregó a Francesco en el altar; ella está muy feliz por mí y mi familia”, revela Francisca, quien también bailó su primer baile con su progenitora y en vez de damas de honor tuvo a sus caballeros, Alejandro Chabán y Jomari Goyso, junto a ella. “Mi primer baile con mi esposo fue con la canción “Todo cambió”, que cantó el grupo Camila. Los encargados del cierre de la fiesta: Los Ilegales, y Manny Cruz también cantó”.
Además de su madre y la familia Zampogna, Gennaro también acompañó a su padres en este gran día. “Él no camina mucho, así que llegó en un carrito que lo manejó otra persona”, contó la exreina de belleza. “Estuvieron sus primitos desfilando”.
Francisca está clara en que sin su príncipe a su lado este sueño no hubiera sido posible. “Francesco estuvo emocionadísimo, es un novio muy involucrado. Me siento muy agradecida con Dios que me haya premiado con un hombre así. En mi casa solo existe el trabajo en equipo”, dice.
“Siempre me acuerdo que en la audición de Nuestra Belleza Latina, no pensé ganar la corona. Solo quería un trabajo, solo quería contar mi historia y cambiar la vida de una o dos personas. Diosito me dio más de lo que esperaba”, asegura. “Fue un día espectacular”.