La estrella de telerrealidad, Kim Kardashian, sorprendió posando en la Gala del Met, con el auténtico traje recubierto de cristales que Marilyn Monroe utilizó en 1962 para cantarle Happy Birthday al entonces presidente John Fitzgerald Kennedy en el Madison Square Garden de Nueva York.
Pero no es oro o cristal en este caso, todo lo que reluce. Aunque Kardashian perdió el peso, el vestido no le cerraba del todo por el tamaño de su trasero, más voluminoso que el de la mítica actriz. Para disimular, la socialité caminó con una estola de piel que le cubría la parte problemática y que no se quitó en todo el paseíllo.
Además, para conservar el vestido en perfecto estado, nada más alcanzar lo alto de la escalinata y con ayuda de un miembro del museo Ripley’s Believe It or Not, prestatarios del fabuloso traje, se cambió a una copia exacta que también pertenece al museo.
“Soy extremadamente respetuosa con el vestido y todo lo que significa para la historia de América”, dijo Kardashian a Vogue antes del evento. “Nunca querría sentarme o comer con él puesto, o ponerlo en peligro de cualquier manera, y no llevaré el tipo de maquillaje en el cuerpo que normalmente llevo”.
Sin embargo estas medidas no han parecido suficiente a diferentes expertos, quienes han criticado duramente su decisión de portar el frágil diseño de Bob Mackie, materializado por Jean Louis, que se realizó a la medida para Monroe y era tan ajustado, que tuvo que terminar de coserse una vez que la actriz se lo puso, justo antes de su actuación.
La pieza fue adquirida en el 2016 por el museo Ripley’s Believe It or Not por 4.8 millones de dólares, y desde entonces se ha mantenido en una habitación con temperatura y humedad controladas, siendo Kardashian la primera en ponérselo después de la diva.
La escritora Michelle Morgan, quien ha publicado varios libros sobre la fallecida intérprete, se mostró “muy decepcionada” y comentó que Kardashian podría haber dado el traje “con sudor o maquillaje”. Añadió “es extremadamente delicado y se ha mantenido en condiciones de temperatura controlada, pero ahora ahí está, no solo puesto, sino en una alfombra roja donde cualquier cosa le podría haber pasado”.
El historiador y coleccionista Scott Fortner también expresó a la revista People su preocupación. “Este vestido se hizo para Marilyn Monroe, no es una prenda que se toma de la percha”.
Otra experta, la historiadora de moda Dr. Justine De Young compartió con la revista “ella pudo -y lo hizo- ordenar una réplica que fuera indistinguible del original. Una pieza tan icónica de la historia de América no debería arriesgarse a ser dañada solo por darle un empujón al ego y la oportunidad de una buena foto”.
Por su parte, el museo ha compartido un video mostrando cómo fue la sesión de prueba del vestido en su sede central, semanas antes de la gala, ya que la pieza no podía alterarse y Kardashian tenía que caber perfectamente.
Ataviada con una faja reductora de SKIMS y con guantes blancos, a la empresaria le ayudaron a vestirse varios curadores de arte del museo, también con guantes, para cuidar al máximo la prenda.
“Tomamos un gran cuidado en preservar esta pieza histórica de la cultura pop”, pudimos leer en la cuenta de Instagram del museo. “Con el input de conservadores de prendas, archivistas y expertos, la condición de la prenda fue la prioridad absoluta. Aunque no lo crean, ninguna alteración se hizo en el vestido y Kim se cambió a una copia después de la alfombra.
Durante la prueba, el equipo del museo regaló a Kardashian un mechón de la ambición rubia y preparó una sala especial, llena de recuerdos y material relativo a la actriz, para que Kim se pusiera el traje. Al recibir el cabello, en una cajita de plata, la madre de cuero exclamó “¡oh Dios mío! ¡Literalmente le voy a hacer vudú para invocar a Marilyn!”.
A partir de Memorial Weekend, el vestido se expondrá en la sede del museo de Hollywood para que todos los fanáticos de Monroe y de Kardashian, puedan verlo.