En los últimos meses, debido a la crisis sanitaria, social y económica que ha traído consigo el virus COVID 19, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) han llegado a ser el centro de atención en considerables ocasiones.
Luego de que las autoridades gubernamentales declararon el Estado de Emergencia, sin pérdida de tiempo, empezaron a circular en los medios propuestas para utilizar una parte de los fondos de pensiones de cada persona como medio de sustento durante la crisis. Estas medidas se basan en que las AFP entreguen a los trabajadores, usuarios de las AFP, el 20% o el 30% de sus fondos como pago de tres meses de salario, y así tener de qué vivir durante las semanas que no ha estado laborando.
Ahora bien, a pesar de que estas propuestas son bienintencionadas, ¿es esta la posición que le corresponde a las AFP? Para empezar, devolver un porcentaje de los fondos de pensiones a los trabajadores implica un conocimiento limitado del sistema. Estas entidades son administradoras creadas por la ley con el fin de proteger económicamente nuestro futuro. Es decir, nos ayudan a ahorrar de forma sostenible un porcentaje del salario que generamos todos los meses, dejándonos así un ingreso para cada dominicano una vez concluya su vida laboral. Se crearon en realidad para garantizar e incrementar nuestras pensiones, no para atender cesantías laborales o cubrir emergencias meteorológicas, sanitarias o de cualquier otra índole. Tampoco se crearon para que el dominicano asumiese con el pago de su pensión el coste de cualquier crisis.
Desde hace 16 años, las AFP están concebidas para garantizar la continuidad de un sistema de pensiones a largo plazo al que se cotiza regularmente. Desgraciadamente el sistema es relativamente novedoso pero está aportando garantías a muchos dominicanos que en edad de retiro necesitan contar con manutención. Hasta la fecha, se han entregado más de un millón doscientas mil pensiones a dominicanos y el sistema de capitalización individual actual en cuanto a que es independiente al Estado, no está sujeto a los diferentes colores políticos, sino es fruto del esfuerzo entre el propio trabajador, el empleador y los intereses que aportan las AFP por administrar los fondos de cada afiliado.
Otro de los mitos actuales, sobre las ganancias de las AFP es fácilmente desmontable si conocemos el siguiente dato, que se puede comprobar en los datos oficiales de la SIPEN. Las AFP, por gestionar en promedio la pensión a un trabajador durante un año, cuesta menos de RD$2,000 al afiliado y la AFP, al año, le aporta una media de 6 veces lo aportado por el trabajador. ¿Rentable? Eso parece. Actualmente el sistema tiene más de 3.9 millones de afiliados, y el 100% de lo generado en cada cuenta es exclusivo para el usuario. Lo que muchos no saben, probablemente porque todavía no se ha explicado lo suficientemente bien, es que el fondo que cada individuo tiene acumulado, no es del todo de su bolsillo. Cada persona, sin excepción, aporta de su salario, y es pagado a través de la TSS un porcentaje como deducción de su nómina, y que junto con el aporte del empleador hace un total de 8.4% del salario del afiliado. Pero, ¿es suficiente para asegurar su futuro? La verdad es que no. Es por esto que, no solo los aportes del empleado y empleador son el resultado de los fondos, sino que gracias a la gestión de las AFP, se recibe una rentabilidad que lo incrementa y que representa más de la mitad de lo que tiene ahorrado. Es decir, la cuenta de pensión de cada afiliado en promedio se ve aumentada en un 50%.
Pero, en realidad ¿cómo funcionan las AFP? Las Administradoras de Fondos de Pensiones son una de las entidades con mayor supervisión y regulación, auditoría y fiscalización por parte de las autoridades especializadas, regularmente por la SIPEN. Estas contribuyen a la estabilidad de la economía, a la liquidez al sistema financiero y al mercado de valores dominicano, gracias a la inversión y participación en títulos del Estado y de empresas privadas para facilitar su buen funcionamiento financiero.
¿En qué invierten las AFP? Las Administradoras de Fondos de Pensiones deben estar siempre sujetas a operar en mercados autorizados y transparentes. Según la SIPEN, en febrero 2020, la composición del portafolio de las AFP muestra que el 41.58% está invertido en el Banco Central de la República Dominicana, el 35.29% en el Ministerio de Hacienda, mientras que el otro 23.13% está distribuido entre el sector financiero de bancos, bonos de empresas financieras y no financieras, fondos de inversión, fideicomisos, y organismos multilaterales. La inversión en deuda a las instituciones y empresas dominicanas de los fondos de pensiones por parte de las AFP es, además, un ejercicio altamente rentable para el afiliado ya que con sus recursos se está también financiando empresas privadas de alta calificación en sectores estratégicos como en la energía, el turismo y la agroindustria, contribuyendo también a la generación de empleo y a la competitividad de la República Dominicana, y favoreciendo al sector productivo nacional y a cientos de familias dominicanas.
Una duda planteada en los últimos días es sobre la utilidad de las AFP. En realidad, ¿para qué sirven las inversiones de las AFP en el sistema? ¿Qué beneficios tenemos por tener una AFP? Las inversiones de las AFP sirven para multiplicar el aporte de empresas y trabajadores. Si este aporte se guardara en una gaveta, en lugar de invertirse, perdería valor a largo plazo, por la inflación. Por tanto, todos los fondos de pensiones del mundo se invierten tratando de obtener una rentabilidad superior a la inflación. En RD esta rentabilidad, que es de alrededor del 10%, supera en un 7% aproximadamente la inflación, lo cual es muchísimo en el entorno comparado. Las inversiones pueden ayudar además al desarrollo económico del país, al estar invertido mayoritariamente en la RD. Si no existiera ese dinero, ni el Estado ni las empresas en las que se invierte podrían hacer las inversiones productivas que hacen. Los beneficios de tener una AFP son muchos: ellas se encargan de invertir mi dinero por un coste bajo (menos de 2000 pesos al año), me multiplican por 6 el valor en un solo año y me pagan luego la pensión conforme a los recursos que tengo, no dependo de los presupuestos del Estado ni de los avatares políticos para cobrar mi pensión.
Otro de los aspectos comentados últimamente en el debate público es sobre la naturaleza de operaciones intrainstitucionales de las AFP y respondiendo a la pregunta de ¿por qué no es comparable esta inversión -habitual- de las AFP en el Banco Central o en el Ministerio de Hacienda a que los ciudadanos reciban directamente esos fondos? A esto se responde apelando al sentido común, pero como tal es interesante que sea explicado. Se trata de dos cosas totalmente diferentes: las AFP, por ley, solo pueden invertir los aportes y pagar las pensiones que dice la ley. Invertir en títulos del gobierno o del banco central es una muy buena opción porque tienen alta seguridad con una alta rentabilidad, y eso beneficia a los trabajadores. Luego es el Estado el que se ocupa, como en todo el mundo, de la redistribución de la renta. O sea, el Estado es quien debe, con sus recursos (incluyendo por supuesto los préstamos que le hacen los fondos de pensiones), trabajar por el bien común. Si se diera directamente el dinero a los ciudadanos, aparte de las consecuencias macroeconómicas (de inflación y tipo de cambio), estaríamos ante un modelo de sociedad en el cual el rol del Estado se vería minimizado y acabaría operando la ley del más fuerte. Sería un poco como la ley de la jungla. Ningún estado moderno deja en manos de ciudadanos individuales las infraestructuras, las escuelas, los hospitales, la justicia, la policía, el ejército, etc. Por eso el dinero debe ir al Estado, para que lo administre correctamente. Otra cosa es que los ciudadanos exijan del Estado un cumplimiento cabal, sin corrupción, y equilibrado de sus obligaciones con la población.
Con todo, las AFP, pese a su naturaleza comprometida, incrementada y garantista de pensiones a los afiliados, como todos los sistemas, es objeto siempre de ser mejorado. A poder ser, sin oportunismo y sin unas elecciones a la vuelta de la esquina, pero si con moderación y altura de miras, porque son las pensiones de todos, el futuro de todos.