Redacción AFP.- Una gran cantidad de chilenos con mascarillas y con la esperanza de un cambio en el país salieron a votar este domingo si cambian la Constitución redactada en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), un referéndum que surgió en respuesta a las masivas protestas sociales que estallaron hace un año.
Largas filas podían observarse en los distintos centros de votación, donde el proceso transcurría sin mayores incidentes, con los resguardos sanitarios para evitar contagios de coronarivus, de distancia física y el uso obligado de mascarillas. “Hay mucha gente para votar en todos los lados. Nunca he visto tanta gente, y mucha juventud”, dice a la AFP, José Gallardo, un taxista de 73 que había recorrido la ciudad durante toda la mañana.
La alta concurrencia en las primera horas estaba marcada por la esperanza de cambios que abre este inédito proceso electoral, decidido tras un amplio acuerdo político alcanzado en noviembre del año pasado, casi un mes después del inicio, el 18 de octubre de 2019, de las protestas sociales y enfrentamientos violentos con la Policía tras el alza en la tarifa del boleto del Metro de Santiago.
La elección se realiza justo un año después de que tuviera lugar, el 25 de octubre de 2019, la mayor marcha realizada en democracia. Más de 1,2 millones de personas se reunieron en torno a la Plaza Italia de Santiago, una demostración de la profundidad y amplitud del descontento social acumulado en décadas en un país considerado un modelo de crecimiento económico y estabilidad en América Latina.
En uno de los centros de votaciones, el Liceo de Aplicación, a pocas cuadras del palacio de Gobierno, habían tres grandes filas de 40 a 50 metros, en los que se respetaban el metro de distancia, constató la AFP.
“A un año del estallido social es la primera oportunidad real que tenemos para hacer los cambios necesarios para mejorar la salud, la educación; para tener una sociedad más igualitaria”, dijo Pilar Matus, una profesora de 47 años que participó en la gran marcha del año pasado.
El campus oriente de la Universidad Católica, en el barrio de Ñuñoa, es uno de los centros de votación. En esta facultad hacía clases el abogado Jaime Guzmán, artífice de la Constitución de 1980 que los chilenos deciden este domingo si destierran o no. En abril de 1991, cuando Guzmán salía de la universidad fue asesinado en 1991 por un comando de ultraizquierda.
“Es un tema que no es menor; fue un acto reprochable y que fue parte de un proceso muy delicado en Chile, muy complejo y que en base a esto no se vuelva a repetir”, dice a la AFP Nicolás Morales, un abogado de 31 años que votó en este lugar.
Dos horas después del inicio de la votación, el Servicio Electoral informó el 99% de las mesas estaban instaladas.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, votó temprano y pidió a sus compatriotas acudir a las urnas “porque todas las voces importan”. También llamó a “rechazar la violencia y abrazar el camino de la unidad”.
“Cualquiera sea el resultado, esta noche no es el fin, es recién el comienzo del futuro”, apuntó el presidente conservador que asumió al poder en marzo de 2018.
“Hemos esperado mucho más de un año (por esto), es un evento histórico en nuestro país”, dijo a la AFP emocionado Elías Pérez, un psicólogo de 39 años, que quiso ser de los primeros en votar en el Estadio Nacional de Santiago, lugar emblemático en la historia chilena convertido para esta jornada en el centro de votación más grande del país.
– Un año convulso –
Un año después del inicio de las protestas, Chile se juega en las urnas la posibilidad de cambiar la Constitución redactada en 1980 y sepultar definitivamente la sombra de la dictadura de Pinochet, resolviendo por la vía pacífica los problemas de inequidad y exclusiones que detonaron el “estallido social” de octubre.
Pero para sus detractores, este proceso podría minar la salud de la economía y el desarrollo social. “Un primer propósito de este proceso constituyente es dejar atrás la sombra de la dictadura de Pinochet elaborada bajo el uso de la fuerza”, explicó a la AFP Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago.
El segundo objetivo, agregó Mella, es “poder resolver por la vía política y pacífica los problemas que se han transformado en estructurales”, como la desigualdad y la exclusión.
– Voto en pandemia –
Los sondeos dan un amplio respaldo a la opción “Apruebo”, con entre un 60% y un 75% de las preferencias. Pero la pandemia -que este domingo contabilizó 502.063 contagiados y casi 14.000 fallecidos- suma incertidumbre sobre la participación en un país donde el voto es voluntario.
Las urnas abrieron a las 08H00 locales (11H00 GMT) y funcionarán excepcionalmente 12 horas, con un horario especial para los mayores de 60 años.
Además de elegir entre “Apruebo” y “Rechazo”, los electores también definirán el órgano que redactará la eventual nueva Constitución: una “Convención Mixta”, compuesta por 172 miembros, distribuida a partes iguales entre ciudadanos electos y parlamentarios en ejercicio, o una “Convención Constitucional”, de 155 miembros, en la cual todos sus integrantes deben ser elegidos popularmente.
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