A pesar de su aspecto, el pez diablo negro no representa ningún peligro para los humanos

A pesar de su aspecto, el pez diablo negro no representa ningún peligro para los humanos

El pez diablo negro, conocido científicamente como Melanocetus johnsonii, es un rape abisal que habita en profundidades oceánicas (entre 200 y 4.000 metros) donde la luz solar no llega, lo que le ha permitido desarrollar una apariencia enigmática y casi fantasmal. Su cuerpo oscuro y su gran boca llena de afilados dientes le facilitan capturar presas, mientras que una espina modificada en forma de “caña de pescar” en su cabeza, repleta de bacterias bioluminiscentes, actúa como señuelo para atraer a sus víctimas en la penumbra del abismo.

Las hembras pueden alcanzar hasta 18 centímetros (algunos ejemplares llegan a los 50 cm), mientras que los machos son significativamente más pequeños (alrededor del 10% del tamaño de la hembra) y se convierten en parásitos al unirse a ellas para reproducirse.

Recientemente, en febrero de 2025, se registró un inusual avistamiento de un ejemplar adulto en la superficie de las aguas de Tenerife, España, a plena luz del día, lo que sorprendió a la comunidad científica ya que esta especie, conocida por vivir en entornos oscuros y profundos, rara vez se muestra en la superficie. Este hallazgo ha generado múltiples reacciones en redes sociales, comparándolo incluso con las criaturas de películas como “Buscando a Nemo”, aunque los expertos aseguran que, a pesar de su aspecto intimidante, el pez diablo negro no representa ningún peligro para los humanos.

Además, según el Monterey Bay Aquarium, el tamaño del pez varía generalmente entre 20 y 30 centímetros, aunque algunas hembras pueden llegar a ser más grandes, lo que lo convierte en un ejemplar fascinante y digno de estudio en la biodiversidad marina.