Al nordeste de República Dominicana está Miches, un pueblo de origen pesquero y agrícola que se perfila como la meca de una nueva etapa del turismo de lujo y sostenible. Grupo Cisneros, con Tropicalia, representa ese vuelco hacia la oferta de un destino premium, con la construcción de un hotel que será operado por la cadena Four Seasons.
Para levantar la primera etapa de Tropicalia, un proyecto bordeado por unos cinco kilómetros de Playa Esmeralda, se destina una inversión de más de 200 millones de dólares, en un hotel de 95 habitaciones y 25 residencias privadas, del cual Cisneros Real Estate será el dueño total de la infraestructura; mientras que Four Seasons será el operador del complejo, que estará listo a principios de 2026.
Las siguientes fases de desarrollo abarcan un campo de golf diseñado por Tom Doak, entre otros aspectos.
El inicio de este proyecto encuentra a la República Dominicana celebrando, por primera vez, la visita de diez millones de turistas.
Desde hace tres años, tras el cierre del turismo a nivel global, el país se ha sacudido de tal manera que todos los meses establece nuevos récords de visitas de extranjeros.
En los primeros diez meses de este año, llegaron al país alrededor de 8.2 millones de vacacionistas por aire y por mar, demostrado un crecimiento sostenido, el cual trae consigo los retos de la diversificación de la oferta y la reinvención del destino.
Adriana Cisneros es contundente: “Llegó el momento de enfocarnos en la calidad del turista y no en la cantidad, es el momento de posicionar a República Dominicana como un destino de lujo”.
En entrevista exclusiva para Forbes República Dominicana, la CEO de Grupo Cisneros señala que para lograrlo se necesita el establecimiento de más cadenas de hoteles premium y cita como ejemplo a Costa Rica, una nación a la que le ha ido muy bien con la oferta de un ecoturismo de alto nivel.
“Está muy de moda mezclar experiencias de ultra lujo con el tema sostenibilidad, es una apuesta sumamente interesante”, dice la ejecutiva que lidera el nuevo concepto de recreación en Miches, bajo la operación de la canadiense Four Seasons.
EL DESAFÍO
Cuando, hace más de 20 años, Grupo Cisneros empezó a comprar terrenos en Miches, había que atravesar un camino pedregoso que dificultaba el acceso en vehículos de motor a esa localidad de la provincia El Seibo. Un trayecto que hoy se recorre en una y media hora desde la emblemática Punta Cana, para entonces podía tomarse hasta cuatro horas.
Aunque en aquella época ya se empezaba a hablar del desarrollo del turismo ecológico en esa comunidad, por su diverso ecosistema de lagunas, montañas, ríos, cocoteros y playas, la intención de la familia Cisneros en esos terrenos no era comercial.
Fotos: Grupo Cisneros
“Compramos porque estábamos locamente enamorados de esas tierras, del sentido de paz y aislamiento que teníamos ahí”, dice Adriana.
En principio, instauraron la Estancia La Querencia, un proyecto de agricultura sostenible que impulsa la producción orgánica, principalmente de cacao, brindando a los agricultores locales alimentos durante todo el año y capacitación; además de suministrar productos a los mercados y proveedores de alimentos locales.
También, empezaron a trabajar proyectos de educación, especialmente, enfocados en niñas, a través de la Fundación Tropicalia, creada en 2008.
“Al contrario de muchos desarrolladores, Tropicalia es un lugar muy noble, muy personal, familiar, y hay una energía ahí muy bonita. Creo que es por eso, porque nació en un lugar muy muy íntimo, de cierta manera”, dice la empresaria venezolana.
Hoy, aún con carreteras en mejores condiciones, la conectividad por aire y tierra sigue siendo un desafío en Miches para proyectos tan ambiciosos como Tropicalia. El aeropuerto internacional más cercano se encuentra en Punta Cana, provincia La Altagracia, a una distancia de 100 kilómetros.
Asimismo, la comunidad de Miches, con unos 20,000 habitantes, sigue teniendo limitados servicios básicos, como un deficiente suministro de agua potable.
“Hemos tardado mucho en lograr este proyecto, son diez años de trabajo, pero han sido diez años de muy buen trabajo. Lo que estábamos haciendo era tratar de entender nuestra propiedad, lo que significaba poder hacer un desarrollo ahí, cosa que no fue un reto fácil, pues nos teníamos que manejar dentro de la propiedad en mula, en caballo, en moto”, apunta Adriana.
Lo positivo del potencial turístico de ese destino es que capta la atención de las autoridades gubernamentales. El ministro de Turismo, David Collado, aseguró a Forbes República Dominicana que Miches representa un proyecto modelo, por lo que el Estado está comprometido con el sector privado para invertir en la zona unos mil millones de dólares.
“Nos comprometimos a hacer los accesos a las playas públicas y ya hicimos el primero. Nos comprometimos a que vamos a hacer un acueducto y ya está en construcción y a que vamos a hacer un sistema de recogida de residuos sólidos que sea un ejemplo, más un plan de ordenamiento territorial”, indicó el funcionario.
Collado destaca que inversionistas dominicanos también apuestan por Miches. Entre ellos Rafael Blanco, de la cadena Viva Wyndham Resort, que está levantando unas 500 habitaciones; Frank Rainieri, de Grupo Puntacana, sumará otras 500 unidades, con Miches All-Inclusive Resort y Curio Collection by Hilton, que pretende empezar operaciones en 2024.
Otros proyectos son Secrets Playa Esmeralda y Dreams Playa Esmeralda que sumará a la oferta hotelera mil habitaciones; mientras que el empresario George Alexander Nader, que lidera Grupo Maralda, lo hará con 690 habitaciones.
De su lado, Cisneros advierte que el enfoque trascendental para mantener el ritmo de crecimiento turístico en el país debe estar orientado a la oferta de un turismo de alto nivel, que son los que invierten más que el que viene por la propuesta del todo incluido.
“Yo sueño con el día en el que en República Dominicana hablemos de la calidad de las habitaciones, de la calidad del turista, en vez de la cantidad”, dice la empresaria. “Yo creo que ya hay suficientes hoteles ‘todo incluido’ en el país, esa necesidad ya está atendida, y nosotros estamos apostando a un mercado que hoy día no existe en República Dominicana, que es el de ultra lujo”, añade.
CISNEROS POR DENTRO
Grupo Cisneros no publica su información financiera, por lo que declinaron compartirla para esta edición. Sin embargo, un vistazo a sus divisiones de negocios ofrece una idea de la dimensión de ese conglomerado que fundó el abuelo de Adriana, el empresario venezolano Diego Cisneros, en 1929.
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Los negocios se dividen entre Cisneros Media, Cisneros Interactive y Cisneros Real Estate, con oficinas en Venezuela y el estado de Florida, en Estados Unidos.
Cisneros Media produce y distribuye contenido de entretenimiento en todas las plataformas , como radio, televisión, digital, a nivel mundial. Precisamente, la participación comercial en los medios de comunicación ha sido parte importante en los negocios del grupo familiar.
En Venezuela, fueron dueños de la primera red nacional de emisoras de radio, en los años 70. También fueron propietarios de la franquicia Miss Venezuela y del canal Venevisión, entre otros.
La información pública de esa empresa señala que, actualmente, su red de televisión por aire y de pago llega a más de 50 millones de suscriptores en Estados Unidos, América Latina, el Caribe y España.
Cisneros Interactive es la empresa de publicidad digital independiente, líder en América Latina, con oficinas y equipos de ventas en 15 países de la región. Representa a marcas como Facebook, Spotify y LinkedIn. Además, vende sus soluciones patentadas en plataformas móviles y de audio con JustMob y Audio.Ad.
Cisneros Real Estate es responsable del posicionamiento estratégico del portafolio inmobiliario de la empresa, siendo Tropicalia el emprendimiento más significativo de esta división.
La empresa quedó bajo la dirección de Gustavo Cisneros en el año 1968, posición que ocupó hasta hace una década, cuando decidió pasarle la antorcha a su hija Adriana. Bajo la batuta de la nieta del fundador, la empresa ha llevado a cabo inversiones en el área de satétiles. AST & Science, la reciente inversión de Cisneros, tiene como objetivo brindar conectividad mundial a través de satélites LEO.
LUJO Y SOSTENIBILIDAD
Después de crear un imperio en el negocio de la comunicación, de representar marcas de tecnología e invertir en satélites, los esfuerzos de Cisneros se enfocan más que nunca en el turismo en Miches, con la intención de establecer un nuevo parámetro en República Dominicana.
El elemento diferenciador del proyecto Tropicalia es la sostenibilidad, asegura Adriana. Aunque dice que es un tema que muchas veces se utiliza con ligereza, afirma que Grupo Cisneros asume ese compromiso desde la colocación del primer bloque, buscando suplidores cuya producción está certificada por su mínimo impacto al medioambiente.
“Te diría que yo sé que soy el único proyecto realmente sostenible de envergadura importante en República Dominicana; a lo mejor hay unas operaciones más de hotel boutique en Samaná, etcétera, pero de lujo somos los únicos que hemos dedicado mucho tiempo y cariño”, expresa.
Apunta que ser sostenible va más allá de no usar botellas plásticas o de disponer de sorbetes biodegradables. Su definición abarca trabajar con materiales locales lo más que se pueda para evitar el impacto que tienen las importaciones, trabajar con los agricultores locales para que les suministren alimentos orgánicos y ofrecer a sus colaboradores salarios dignos, más allá del salario mínimo del sector.
Para lograr implementar esas medidas trabajan de la mano con la Global Reporting Initiative (GRI), que realiza reportes globales de sostenibilidad en las empresas.
“La verdad que estamos empujando muchos temas que creo que van a terminar siendo transformadores y esperamos que puedan ser el nuevo estándar en el país”, dice.
Adriana explica que el objetivo de la oferta “todo incluido” es que el huésped permanezca en la infraestructura hotelera por unos cuatro días en promedio y luego se marche del país sin vivir ninguna experiencia fuera del complejo.
Sin embargo, el destino Miches ofrece la posibilidad de que el visitante viva experiencias memorables en contacto con la naturaleza, como visitas guiadas al Parque Nacional Los Haitises o avistamiento de ballenas jorobadas en Samaná, acompañados de biólogos marinos.
En el Four Seasons Resort and Residences República Dominicana en Tropicalia están invirtiendo un millón de dólares por habitación, cuando lo común para los hoteles de lujo es un máximo de 300,000 dólares, comenta Adriana. Eso revela que atraerán a una categoría de viajero que es sumamente superior a lo que se ha visto en esta isla caribeña.
“Estoy sumamente enfocada en el tema del turismo de lujo sostenible, porque creo que eso es un nicho bien interesante, perfecto para la República Dominicana”, puntualiza.
Dentro del proyecto Tropicalia, están a la venta unas 25 residencias bajo el concepto Four Seasons, cuyo costo oscila entre los cuatro y los 10 millones de dólares. Éstas son infraestructuras dentro del hotel, que dan incluso la posibilidad de que la gerencia del complejo las incluya en su catálogo para renta, cuando el propietario lo requiera.
“Con lo rápido que se han vendido las residencias, nos dimos cuenta de que aunque nadie nunca lo había hecho en República Dominicana, sí era muy buena idea, porque el mercado está listo para hacerlo”. Eso ha tenido retos legales importantes porque no existía una regulación para ese tipo de renta.
Adriana recuerda que cuando se acercaron a los ejecutivos de Four Seasons para proponerles que fueran los operadores del hotel que levantarían en Tropicalia, le sorprendió la rapidez con la que aceptaron unirse al proyecto.
La razón fue que ellos ya habían realizado estudios de mercado para conocer las potencialidades de los destinos del Caribe y quedaron muy entusiasmados con República Dominicana, pero no habían conseguido un socio local que les complaciera para ejecutar proyectos.
Uno de los atractivos que resaltaron del país es la facilidad para conectar con el mercado norteamericano, específicamente de la costa este, como Massachussetts y Nueva York, que tradicionalmente viaja mucho a la Republica Dominicana durante los meses de invierno.
“Creo que nos gustamos mutuamente. Four Seasons tiene a República Dominicana ubicada desde hace unos 35 años, porque familiares del fundador de esa compañía compraron una de las primeras casas en Casa de Campo”, cuenta.
Four Season, creada en 1960, es una marca orientada al lujo, originaria de Canadá, un mercado que tiene excelente relación con el país en cuanto al turismo.
Empresas aéreas canadienses, como Transat, aumentan sus frecuencias de vuelos en temporadas específicas y, actualmente, desarrollan una campaña promocional exclusivamente para atraer visitantes de Canadá hacia Samaná, en invierno.
Renée Boisvert, vicepresidenta de productos de Transat indicó a Forbes República Dominicana que trae más de 400,000 viajeros al año al país, opera 48 vuelos semanales a Punta Cana, 18 a Puerto Plata y dos vuelos a La Romana.
Recientemente, han incrementado de cinco a nueve los vuelos desde Montereal a Samaná, después del acuerdo con las autoridades de Turismo para promocionar esa zona, que también tiene propuestas de lujo.
“Para Transat, República Dominicana es el destino más fuerte, con un crecimiento de 25% al año. Nosotros representamos el 45% de toda la masa canadiense que llega al país”, asegura la ejecutiva, quien también afirma que están atentos a los movimientos en Miches para explorar posibilidades de agregar nuevos vuelos para turistas que prefieran ese destino, los cuales llegarían a través del Aeropuerto Internacional de Punta Cana.
“Miches tiene mucho potencial por su cercanía con la naturaleza, es algo nuevo, eso atrae un segmento de mercado diferente”, expresó.
El desarrollo de Tropicalia abre oportunidades interesantes para República Dominicana, ya que como destino le permitirá para afianzar su propuesta turística ante el mundo, agregando la opción del ultra lujo. Y también representa oportunidades para Grupo Cisneros con miras a ampliar su portafolio de negocios.
Adriana lo sabe, por lo cual deja abierta la posibilidad de explorar proyectos de logística de transporte, no solo para apoyar el crecimiento del turismo sostenible, sino también para los agricultores de la comunidad que producen en la Estancia La Querencia.
FUENTE: Forbes Dominicana