Ante la lluvia de apoyos y temores sobre el regreso del fantasma de la vigilancia extrema a negros y latinos el alcalde argumenta que la Uniformada empieza una “nueva era”
Caminando entre la ansiedad de la mayoría de los neoyorquinos que exigen mano dura contra la criminalidad y la mirada desconfiada de activistas de organizaciones de derechos civiles, el alcalde Eric Adams presentó este miércoles los detalles operacionales de la nueva unidad anti-armas del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD).
El mandatario municipal reiteró que el nuevo escuadrón denominado ‘Equipo de Seguridad Vecinal’ (NST), que para muchos es una nueva versión de la desmantelada Unidad Anti-Crimen, está diseñado como una “contraofensiva totalmente diferente” que se distanciará por completo del “sabor amargo” que dejaron otras unidades asociadas con la brutalidad policial aplicada desproporcionadamente a negros e hispanos.
“Hice una promesa a los neoyorquinos en la campaña electoral de establecer una unidad especializada que se centrará en la violencia armada. También hice la promesa de que no vamos a repetir los problemas que tuvimos en el pasado”, dijo desde la Academia de Policía de Nueva York, ubicada en College Point, en Queens.
¿Cuál es la diferencia?
Los oficiales de las nuevas unidades se desplegarán en 30 comisarías y cuatro distritos policiales de viviendas públicas, en donde de acuerdo a los balances de la Uniformada, se concentran el 80% de los tiroteos en la ciudad.
Los primeros equipos NST ya salieron a la calle este lunes. En una de sus primeras acciones en El Bronx lograron arrestar a un presunto miembro de la banda ‘Bloods’,que de acuerdo a las versiones policiales poseía un arma y una larga carrera criminal.
A diferencia de los agentes de la Unidad Anti-crimen que fue eliminada en 2020 por el exalcalde Bill de Blasio, ahora este equipo llevará uniformes policiales modificados. Al igual que sus predecesores, viajarán en autos sin identificación.
Esta vez, este grupo que tiene como misión sacar las armas de las calles, está integrado por oficiales que se ofrecieron como voluntarios para el puesto y aprobaron un proceso de investigación de antecedentes, que incluye revisiones de su historial disciplinario, imágenes de cámaras corporales, quejas de civiles e informes policiales.
“Alrededor del 15 al 20 por ciento de los policías, que solicitaron formar parte de esta nueva brigada, no aprobaron y fueron rechazados. No nos engañemos. Esta es una tarea peligrosa. Se necesitan destrezas especiales”, reforzó el mandatario.
Capacitación especial
Estos oficiales a diferencia de los escuadrones anteriores, deberán recibir una capacitación especial en la Academia de Policía que incluye técnicas novedosas sobre interacción con las comunidades, investigación, parada de automóviles, táctica y vigilancia policial constitucional.
“Este es un grupo de especialistas que representa una nueva era en la seguridad de todos los neoyorquinos. Estamos trabajando de mano de las mismas comunidades que viven angustiados por la presencia de armas en las calles. Y eso es justamente lo que haremos”, destacó la comisionada de Policía Keechant Sewell.
Adams reconoció en su presentación que antes los oficiales no se identificaban como policías y tenían la mentalidad de que todos los que vivían en un vecindario con un alto índice de criminalidad eran delincuentes.
“Es un modelo totalmente distinto de formación y adiestramiento. Tenemos semanas escuchando a líderes comunitarios, a expertos, a interruptores de violencia”, destacó.
De acuerdo al plan inicial se incluirán en principio a vecindarios como Harlem e Inwood en Manhattan; Melrose y Morrisania en El Bronx; East Flatbush y Canarsie en Brooklyn. Y varias partes del sureste de Queens.
Entre Inquietudes y dudas
Cuando ya oficialmente circula en las calles la nueva brigada especial del la Uniformada, activistas continúan asegurando que esta estrategia significa una versión “azucarada” de la cuestionada Unidad Anti-crimen acusada de fuerza excesiva contra las minorías étnicas de la ciudad.
En este sentido, Josmar Trujillo del Centro de Políticas y Justicia Social del Brooklyn College, se debate entre la inquietud y las dudas, al argumentar que “solo con un cambio de nombre y de uniformes, no dará un giro automático al histórico comportamiento abusivo de los oficiales”.
Trujillo, quien vive en El Barrio, en Manhattan, dice que ha sido testigo como en realidad las prácticas de poner el foco de vigilancia, requisas y seguimiento a los jóvenes de las minorías, nunca han tenido pausa.
“Como residente de Nueva York, por supuesto que quiero más seguridad. Pero estamos observando que esta forma de inyectar más recursos a la policía y armar brigadas que actuarán en los barrios más pobres, es un enfoque repetitivo cuyos resultados son muy predecibles”, argumentó.
Sin embargo, el organizador comunitario aunque preliminarmente no da un voto de confianza a los nuevos NST, asegura que cientos de organizaciones desde ya están vigilantes.
“Observaremos lo que pasa. Pero deseamos que no nos tengamos que enterar que otras personas hayan muerto por estas tácticas. Esto sólo desemboca en una extrema vigilancia a negros e hispanos. Ojalá que no tengamos que saber de otro Amadou Dialloy Eric Garner”, estimó Trujillo, al recordar dos casos emblemáticos de neoyorquinos que murieron en medio de operativos policiales de la antigua brigada anti-crimen.
LatinoJustice teme siga el perfil racial
La organización LatinoJustice (PRLDEF), que por décadas ha contabilizado los abusos policiales contra los grupos étnicos minoritarios de la ciudad de Nueva York, también tiene sus reservas.
“Los Equipos de Seguridad Vecinal son solo un cambio de marca de una de las unidades más dañinas del NYPD”, apuntó Andre Case, abogado de PRLDEF.
El activista recordó que la llamada Unidad de Delincuencia Callejera tuvo que ser disuelta en 2002 porque a su criterio sus miembros “participaron en actos de discriminación racial y el uso abusivo de la fuerza”.
Luego rebautizada como la “unidad del crimen”, la unidad una vez más perfiló racialmente a los negros y latinos. Y tuvo que ser desmantelada en 2020.
“Traer de vuelta esta peligrosa unidad, recuerda los peores abusos de la policía de Nueva York: el asesinato de Anthony Baez en 1994 y Amadou Diallo en 1999. El Alcalde no ha ofrecido ninguna explicación que sugiera que esta unidad hará más que imponer la violencia a los neoyorquinos negros y latinos”, destacó Case.
El mismo alcalde Adams y la comisionada Sewell, han subrayado que el nuevo escuadrón, al que se refieren como una “unidad anti-armas”, está concebido para borrar los abusos y la agresividad de los registros históricos.
“De hecho, tuvimos que echar un vistazo a los errores del pasado. Hablamos con la comunidad y descubrimos exactamente cuáles son los cambios que les gustaría ver, cuáles eran sus preocupaciones en el pasado”, ha destacado Sewel desde el lanzamiento de las NST.
La puesta en funcionamiento de esta unidad fue anunciada el 24 de enero por Adams como parte de su ‘plan maestro’ para combatir la delincuencia y violencia armada.
Pero aún así, portavoces de organizaciones de derechos civiles que durante años han hecho seguimiento a tácticas como Pare y Revise (‘Stop and Frisk’) y a la desmantelada Unidad Anti-crimen, han compartido al unísono su pesimismo, sobre los efectos reales del nuevo plan que trata de paliar la oleada criminal que padece la ciudad.
“El alcalde Adams básicamente está reactivando algunas de las peores partes de la Uniformada. Estas unidades se disolvieron por una buena razón y traerlas de vuelta como si esos problemas nunca hubieran existido, no es realista”, reaccionó a medios locales Jerome Greco, abogado supervisor de análisis forense digital de Sociedad de Ayuda Legal (Legal Aid).
Antes de ser disueltas en 2020, en medio de las protestas por la muerte del afroamericano George Floyd, estas estrategias de prevención criminal, incluían un “largo historial de mala conducta policial”, dirigida contra las comunidades minoritarias, aseveró Michael Sisitzky,asesor principal de la Unión de Libertades Civiles de New York.
“Se ha demostrado que esta estrategia es ineficaz. Nueva York debe invertir en políticas integrales de desarrollo comunitario que nos mantengan a todos seguros”, destacó
Los oficiales del anterior escuadrón, de acuerdo con los balances de Sisitzky, estuvieron involucrados en una cantidad “impactante y grande” de asesinatos.
Un estudio realizado por ‘Intercept’ encontró que en 2018 los oficiales vestidos de civil estuvieron involucrados en el 31% de los tiroteos policiales fatales, a pesar de representar solo el 6% de la fuerza.
“Sí queremos más policías”
Con 55 años viviendo en la Gran Manzana, el periodista dominicano César Romeroasegura ser testigo de cómo en localidades como el Alto Manhattan las conductas delictivas “están actualmente descontroladas”.
“Me parece que lo que corresponde es una aplicación justa de la ley, sea quien sea, con la misma fuerza. Lo que pasa es que aquí vemos que a veces chocan dos extremos. Por un lado, la policía utilizando la fuerza extrema y los presuntos delincuentes reaccionando de una manera muy violenta”, opina Romero.
El isleño quien reside en Washington Heights, una de las localidades que desde esta semana está bajo el radar de la nueva unidad de la Uniformada, está en sintonía conque obviamente se deben concentrar más policías a los sectores en donde existen más crímenes.
“La mayoría de los residentes de Nueva York estamos en un punto de preocupación, en donde lo que queremos es que se aplique de manera justa la ley. Y se saquen a los delincuentes de las calles. Obvio, los garantes de la fuerza de la ley, tienen que actuar tratando a todos por igual”, destacó el inmigrante.
Ante el avance de la nueva política de acción policial que impacta en su primera fase a varias localidades de El Bronx, la Asociación de Bodegueros Unidos de América (UBA) con centenares de agremiados en ese condado, se puso del lado del mandatario municipal, exigiendo “mano dura” en contra las bandas criminales.
“Nosotros como comerciantes esenciales en los vecindarios más pobres, veníamos exigiendo acciones que pusieran a la policía de nuevo a perseguir a los criminales. Damos un voto de confianza para que esta nueva unidad funcione y dé un respiro a nuestros negocios que están agobiados”, aseveró Radhamés Rodríguez, presidente de UBA.